con el silencio de mis dedos, casi reales
a fuerza de saber que si te hallaba
me encontraría en el anhelado preludio de soñarte.
Buscándote inmortal para que vuelvas,
más allá del desierto y de los mares
allí donde la noche no termina,
donde la noche empieza,
definitiva y consagrante.
Sin ti, no entiendo los caminos,
ni los fragmentos de palabras que se pierden,
todos los objetos del mar y de la tierra
han cambiado de forma.
El arpa se hizo caracola.
Última edición por Leyre el Dom Jun 12, 2011 12:50 am, editado 1 vez
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