Puedo oír el silencio
de tu corazón
cuando el miedo
de tu alma
se inclina sobre mi pecho,
y busca al latir el fuego
que destierra las sombras
cuando estamos juntos,
lejos de un calvario
que rodea nuestras sílabas desnudas
ó impregna el oído
por medios
que son más negros que
la noche...
Y cuando se acopian nuestras miradas al unísono
lejos de las multitudes
que emancipan la muerte
como ruedas de camión
que no paran de girar,
y se esconden las luciérnagas
pocas
que en lejanas noches
iluminaban los jardines,
de tu suspirar,
Puedo oír tus sandalias cuando alcanzas la heladera
por un vaso de agua
y tu sed
se propaga en mí
como las estrellas
de un navío que temprano
enternece a las olas
de un mar;
Puedo distinguir tus ganas de besarme
cuando tus mejillas tienen el color
del sol
que se esconde entre la noche
y tu mirada
es el silencio de una suricata vespertina
que se esconde de las sílabas del viento
para acompañar sus huellas
Oh déjame ser tu desierto, y tu alimento!
No puedo oír
cuando las voces que están fuera de mi alma
se vuelven huracanes
para castigar nuestra inocencia
O cuando las mentiras de los medios
pretenden convertirse en leña
del fuego de hombres y mujeres
que se pierden
entre esas falsedades,
y luego pretenden aclarar
aquellos, que no son
como la gente ignorante
y acusan
la pobreza
y dicen que es
basura.
Pero puedo ver
que luego de las grandes tormentas
que solemos soportar
durante siglos
ó días que son siglos,
vienen los grandes arco iris
y el aire puro
que solemos respirar,
y la tierra es fértil
y nos gusta ver de nuevo
ver crecer
los pimpollitos
y la Vida se nutre
nuevamente pura
entre las brisas de abril.
de tu corazón
cuando el miedo
de tu alma
se inclina sobre mi pecho,
y busca al latir el fuego
que destierra las sombras
cuando estamos juntos,
lejos de un calvario
que rodea nuestras sílabas desnudas
ó impregna el oído
por medios
que son más negros que
la noche...
Y cuando se acopian nuestras miradas al unísono
lejos de las multitudes
que emancipan la muerte
como ruedas de camión
que no paran de girar,
y se esconden las luciérnagas
pocas
que en lejanas noches
iluminaban los jardines,
de tu suspirar,
Puedo oír tus sandalias cuando alcanzas la heladera
por un vaso de agua
y tu sed
se propaga en mí
como las estrellas
de un navío que temprano
enternece a las olas
de un mar;
Puedo distinguir tus ganas de besarme
cuando tus mejillas tienen el color
del sol
que se esconde entre la noche
y tu mirada
es el silencio de una suricata vespertina
que se esconde de las sílabas del viento
para acompañar sus huellas
Oh déjame ser tu desierto, y tu alimento!
No puedo oír
cuando las voces que están fuera de mi alma
se vuelven huracanes
para castigar nuestra inocencia
O cuando las mentiras de los medios
pretenden convertirse en leña
del fuego de hombres y mujeres
que se pierden
entre esas falsedades,
y luego pretenden aclarar
aquellos, que no son
como la gente ignorante
y acusan
la pobreza
y dicen que es
basura.
Pero puedo ver
que luego de las grandes tormentas
que solemos soportar
durante siglos
ó días que son siglos,
vienen los grandes arco iris
y el aire puro
que solemos respirar,
y la tierra es fértil
y nos gusta ver de nuevo
ver crecer
los pimpollitos
y la Vida se nutre
nuevamente pura
entre las brisas de abril.
Última edición por Andica el Lun Ene 31, 2011 10:59 pm, editado 2 veces (Razón : poema semanal sugerido por la moderadora Lorena Perez)
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