En aquel llamado,
Te pido perdón,
Si es que te traje
Un mal recuerdo.
No tenia excusas,
No había juegos,
Solo un grito de auxilio,
Indemnizo mi cigarro,
Manchando mi sonrisa,
De nicotina.
Y es de noche,
Cuando la memoria,
Se alimenta de rencores,
Existencialismo mi amigo,
De lo que hubiera sido.
Y no hay milonga,
Que mis pieses se animen,
A gambetear melancolía,
Porque entre risas,
Nunca pude gambetear,
Esa lagrima de perro bajo la lluvia.
Pero sabíamos disimular,
Para no agobiar el bienestar,
De lo nuestro y ajeno,
A palmaditas de suegro,
Entramos en dialogo.
No dudo que el amor,
Haya discado tu teléfono,
Nuestro reloj de sol,
Comenzó a usar gafas,
Y sin embargo no importa,
Mientras que en tus lunas,
Sepas como me llamo.
La buena reputación,
De nuestra presentación,
Nos ha echado de menos,
Ya es hora de empezar de nuevo,
Pero con balas de juguete,
Para no morirme, si te mueres.
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