por luis tejada yepes Dom Nov 07, 2010 7:02 pm
Caer en el
calor brillante de la muerte,
poner fin al aliento de vida,
su voz de horror retumba en el desierto.
A veces nos invade la nostalgia de
volver a las llanuras y los bosques del mundo
pues la vida es una cadena
que se ata al corazón.
En el crepúsculo
escuchamos mover su coche,
la oímos por los caminos silvestres,
sabíamos que la hora había llegado,
viajar solo en la noche pues
los muertos no gustan del amanecer.
(¡Oye muerte un día
también estarás en el mar,
el mar en donde navego contigo,
en la certeza de una
reencarnación!)
Los hombres que navegan,
en su lento ocaso
viajarán en compañía
de los que esperan,
escuchen el transporte de la muerte.
La puerta se cierra,
rápido recorrido en compañía de los muertos,
el clima es frío,
el carruaje rueda hasta el campo libre,
puedo ver el rostro de su guía:
¡Oh, Señora Muerte
seca las lágrimas de los deudos!
Última edición por luis tejada yepes el Jue Nov 11, 2010 10:43 am, editado 3 veces
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