POR SUS OJOS DE CIELO.

Ojos de océano en oleaje lacerante a sus mejillas,
pequeña y semilla, con sal de mares y males.
Pequeños ojos de cielo; gemelas luces brillantes,
como chispeantes cerillas derramándose en el suelo.
Translúcido cielo transformándose en ocaso,
dos soles entre los rojos dando perlas al regazo;
ojos de aguamarina bajo dos arcos de cielo
y el mal vertido en un rostro de arreboles por el duelo.
Nublados y transparentes, tan solitos e ignorados;
humedecía mis ojos tanta soledad de muerte.

¡Ay… pequeña! Ignorante de ese dolor silenciado,
también traspasé tu costado, con mi empatía distante.

Palmas donantes secaban sus tremendismos;
húmeda agonía, acortando los abismos
en cada mirada; el dolor la nublaba.
En mis ojos laderos, su dolor me dolía.
Ocultos entre pestañas, sus dulces ojos de cielo
ya no pudieron callar y desbordaron anhelos;
alas de alondra libre, hechos para volar
sobre volcanes que ahora sus lluvias apagarán.
Si me hiciera en la tristeza, destino de su mirar,
aún con la visión perdida, tal vez yo podría...
...
...semejarle una mamá.

Maestra!!!!!!! no puedo describir tu poesía, solo decir que me embarga cada letra tuya... te admiro (y es en serio) bella!!!!

Bella vos, Lore, y bellos tus versos. Gracias por tu compañía y amabilidad de siempre. Besos, de poeta a poeta.

Reyna!!!!!!!

algún día si tengo suerte me gustaría escribir algo tan hermoso como esto.

un gran abrazo!!!

Amiga me emociona tanta belleza... sólo me nace decirte GRACIAS!
Un abrazo querida amiga.

Gracias, queridísimos Quetzal y Nancy. Soy yo quien admira sus versos, y también la generosidad de sus palabras en todo momento. Besos.

Tal vez no... seguro vamos. Denotas una poderosisima sensibilidad. Gracias por compartirlos.

Muchas gracias Victor, por pasar y dejar tus palabras. Esto nace en esta semana, cuando luego de seis horas de demora, me dicen que no me harán el estudio esperado. Al pasar por ventanilla por tercera vez, encuentro a la recepcionista, absolutamente bañada en lágrimas, contando cuan triste es su vida en su casa, y la pena que le dan los pacientes mal atendidos. Estaba cometiendo un minisuicidio, ingiriendo caramelos uno tras otro mientras preparaba la insulina para inyectarse porque ya "todo le daba igual". Traté de consolarla. Volví llorando los 35Km que me separaban de mi casa. Creo que estaba en los planes de Dios que se rompieran los aparatos: Le escribí esto, le grabé un cd con canciones de amor y esperanza, y le preparé tres libros. Espero que llegue pronto el jueves, para poder mostrarle la belleza que las lágrimas le impiden ver en el espejo. Esto lo cuento por lo de sensibilidad: la de esta chica, al extremo (el amor hecho lágrimas); la mía, a veces tengo una coraza demasiado dura; otras, como dijo alguien, estoy en carne viva. Un abrazo.

[b]Y decimos de la inspiración... Que mejor inspiración que abrir bien los ojos y mirar la triste realidad que aveces nos envuelve. Tú, en esto, eres una experta, amiga Liliana. Abrazos.

Abrazos correspondidos, querido Recaredo. También son bellos los ojos con que miras al humano. Más abrazos. Y allá voy a leer su obra teatral, escritorazo...