Si pudiese dejar de ser yo mismo.

Si pudiese dejar de ser yo mismo
quizás no me importaría la brisa
no desearía vivir en este autismo
buscando desterrar la imagen de tu risa

si pudiese dejar de ser yo mismo
el polen de la vida no germinaría
en las entrañas del opaco conformismo,
en la lúgubre imagen de tu partida.

Si pudiese gritar
con la fuerza del meteoro
podría terminar de llorar
y olvidar el vacio que atesoro

o solo anular la conciencia
sin la inclemencia sofisticada
de una vida de penitencia
lejos de tu piel acaramelada.

Si pudiese dejar de ser yo mismo
las saetas del destino me ignorarían,
podría liberarme del agudo mutismo
y la muerte, inclemente, ya no buscaría

si pudiese dejar de ser yo mismo
quizás me hubieses sinceramente amado;
Y hubieses evitado tu cruel malabarismo
dejando, al final, mi cuerpo derogado