Estado Mutado.

"Hasta donde yo recuerdo -y recuerdo mucho-, la Luna nunca se ha equivocado...Si así te lo dijo, así se lo contaron...Ella es sólo mensajera fiel...Al igual que tú eres fiel a tí misma...e infiel terrible para lo que ingenuamente de tí se espera." Jajajajajajaja... mi queridísimo amigo Goyo, tú como siempre envolviéndome en la mística más exquisita de la esencia del ser (de aquéllo de allá) y que me ultra encanta!!! A ver... A ver... Primero te pido perdón por haberte citado cuasi entero, pero es que ante tales palabras no lo puedo evitar; sino mi premisa no sería interpretada correctamente. Mi luna cómo no habrá de ser fiel? Ese astro gira y gira y gira más y más sólo para mí. Insisto en que la luna es sólo mía; es mi única perpetua compañera... Hasta cuando se transforma en negra y de papel, en sus ciclos normales, corrientes. Con respecto a lo de fiel & terrible quisiera decir que es relativo y que si bien sé que estás en lo correcto y por la vía que me es propia en mi camino... me has asesinado de la risa!! (Risas traviesas). Sí! Pero sucede que muchas veces digo las cosas (lo que pasa es que no me escuchan; ja, ja, ja). Ser los cuatro vientos es una tarea compleja... Modo grosso me voy de la olla y luego de que regreso ya habiendo trascendido a más la exosfera; es cuando se genera el problema. Pero sí, si el humano no se crea sus propios dogmas, axiomas... Quién lo hará por él? Respuesta: Nadie! (A menos de que se sea títere de titiritero, claro).
Sigo siendo, mi queridísimo Goyo... (Soy atemporal, eterna).

Béeeeso y abrazo igual,
Siniestra.

Eso del hermoso pecado sin culpa me gustó muchosísimo, Marcos. Ciertamente cuando las cosas se "complican" y ya no queda más estratagema (porque la vida te quemó todo), pues, no queda más opción que rendirse a ésta. O cuando las cosas marchan divinamente y, "las gentes" te coercionan a detenerlas. Es un lío; pero de cualquier manera me gustó tu frase. Gracias a ti no me siento culpable, divino.

Gracias por tu comentario; eres bienvenido a mis escondrijos.
Abrazos,
Siniestra.

Hasta donde yo recuerdo -y recuerdo mucho-, la Luna nunca se ha equivocado...Si así te lo dijo, así se lo contaron...Ella es sólo mensajera fiel...Al igual que tú eres fiel a tí misma...e infiel terrible para lo que ingenuamente de tí se espera...jajajaja. Un abrazo.

"Y a quien le quede duda sobre mi supuesta agonía,
le digo que la locura es sólo una cuestión de porcentaje.
Señores, nadie se libra de ese "ruín pecado";
me lo ha dicho mi Luna, ¿cómo no creerle a mi astro?"

HOLA AMIGA MIA ES VERDAD ES UNA CUESTION DE PORCENTAJE 70,30...80,20..100.100 SI.... PERO UN HERMOSO PECADO SIN CULPA...ME ENCANTO UN BESO....

¡Ay, queridísimo Neptuno de mis violáceos mares! ¿Cómo no adorarte ergo de tales palabras? Palabras hacia la mujer desdichada que escribe su camino cuando el puño y el lápiz la incitan en sus sensuales juegos de madrugada. Poesía violenta futurista; (pegar duro a veces cuenta). Mi renacer en una de las ciudades cumbres del postmodernismo a la vista está: me anda alterando.
Ora a ti, a tus palabras que me hacen bien, y me motivan a seguir en mi camino de poetisa sin buscar un escondite... Sin huir a la vereda de atrás de la casa, sin enfrentarme a la ira nauseabunda que tanto visitaba mi morada, sin sentir que quiebro la Ley a caprichos; pues lo que reflejas, esa Erato y su corona de laurel; Dafne y sus visiones de sacerdotisa (de la ciudad, del futuro, de la vida en el mar de fondo vanguardista) me enloquecen tanto que creo que deliro retomando cada una de tus palabras. Sencillamente me estremezco.
Tú, querido amigo mío, que tienes visiones un tanto parecidas a las mías (pero mucho más acertadas y con exquisito estilo); tú también eres un tester, tú también estás innovando y fraguando éstas pinceladas. ¡¿Cómo olvidarte?! No, olvidarte jamás. Ya eres eterno, mi Neptuno.
Infinitas gracias,
Siniestra.

[b]Presiento, amiga mía, que esa realidad de la que salen tus versos es más real aún que la tangible. Yo, sabes que escudriño tus letras con ojos de Edipo, pero aún así, advierto en ellas una fuerza arrolladora que, una vez examinada por los exegetas del Parnaso, éstos no tendrán más remedio que hacerse a un lado y dejarte libre la ascensión al sagrado monte, donde Érato saldrá a recibirte para coronarte con el laurel de Dafne, tal y cómo corresponde a la iniciadora de la nueva poesía futurista, que para este siglo que ahora empieza ya se perfila.
Abrazos, querida Siniestra.
Cuándo seas diosa, espero que no olvides al pobre poetilla, que, sin ser un Tiresias ni un Calcante tubo la osadía de pronosticar para ti tan halagüeño futuro.

Estoy mutando la conciencia, y ya ayer no va a ser igual a hoy. Ya puedo volar, y en tierra mis piernas son ruedas de acero. Mi caballo es resistente al tiempo, al modo y al espacio. La fortaleza está asomándose desde la gruta de la divinidad. Un poco surrealista, pero es lo que hay.

Gráaaaaacias por entrar a mi espacio y valorar mis letras, mujer de grandes poemas.
Recibe un cálido abrazo,
Siniestra.

Me compré un caballo de acero con ornamentos orgánicos
encontré un pedazo de cielo difuminado y sentí el pálpito
de mis ganas aquerubinadas, desterrando el anterior tiempo:
Hoy tomé un paseo alrededor del cielo; y no murió mi corazón blando.

Amiga me ha encantado leerte, de verdad... cuánta fuerza, esta estrofa me dijo todo...
Un gusto.
Un abrazo.

La poesía es el único argumento y la divina gracia acallada
de infames como yo, que siempre lanzan al aire su jugada
tiro directo al blanco, gemido visible en la vía del alma acalorada.

El desasosiego de los pasos se me hace eterno
y el martillito cerebral muchas veces luce maquiavélico
una y otra vez, y otra más, con suma celeridad exacerbada.

Escribir un poema es la pasión desenfrenada:
Mi única manera de convertir lo interno en externo
sin utilizar un cuchillo y pervertirme la conciencia;
sin vendajes porque la sangre no quedó marcada.

Es el caso de los infames como yo,
que dieron todo de sí en el fracaso.
Sin dudas, querido amigo, porque éstos latigazos
forman mi vida, enumeran mi divino encanto.

Mientras me envuelvan las nubes conversaré con ellas.
¿Adorar el ocaso no será un esperpento escenario?
¿El discutir con la muerte en sus perpetuas visitas
sin acarrear severos gritos ni recurrir a ninguna curita?

Me compré un caballo de acero con ornamentos orgánicos
encontré un pedazo de cielo difuminado y sentí el pálpito
de mis ganas aquerubinadas, desterrando el anterior tiempo:
Hoy tomé un paseo alrededor del cielo; y no murió mi corazón blando.

Y a quien le quede duda sobre mi supuesta agonía,
le digo que la locura es sólo una cuestión de porcentaje.
Señores, nadie se libra de ese "ruín pecado";
me lo ha dicho mi Luna, ¿cómo no creerle a mi astro?

Siniestra Nostram.