CIUDADANO.
¿De qué meritos gozo yo para desear amarte?
Perdona mi atrevimiento
por querer envolverte en las alas
de todo mi cariño.
Pero debes saber
que aunque no te conozco
en mi mente
ya he besado tu piel.
He rozado mi mejilla
en tu hombro desnudo.
He hundido mi nariz
en tu cabello.
Y en él he percibido
ese olor que sólo tiene la mañana.
Perdona si te molesta esto que digo.
Perdona también
por haberte soñado.
Y haber encerrado
en un dibujo mediocre.
Tu nombre y el mío.
¿Desde cuándo los demonios
se casan con los ángeles?
¿Desde cuando
el rocío sube al cielo
y se hace nubes?
¿Desde cuándo
los gusanos se hacen flores,
y los árboles azules?
Perdona por haberte imaginado
desnuda y a mi lado.
O haber creído en el delirio
de amarte
en un océano de pétalos.
O escribirte un poema
y borrar después tu nombre
para que no te enteraras
cuando lo leyeras.
¿De qué méritos gozo yo para poder besar tus pies?
Y acompañarte en tu camino.
Después de que sé muy bien
que podrás encontrar tarde o temprano
a un hombre mucho mejor que yo
en todos los aspectos
y en todos los sentidos.
Pero aquí sigo,
fiel a ti.
Enfermo de cariño.
Hablando de ti a todos.
Firme y despreciado.
Desprendido.
Calcinándome en la leña verde del amor
como un hereje maldito.
Persiguiendo tu nombre en Internet.
Llamándote a ladridos.
Hambriento de tu ser.
Ciudadano de tu olvido.
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¿De qué meritos gozo yo para desear amarte?
Perdona mi atrevimiento
por querer envolverte en las alas
de todo mi cariño.
Pero debes saber
que aunque no te conozco
en mi mente
ya he besado tu piel.
He rozado mi mejilla
en tu hombro desnudo.
He hundido mi nariz
en tu cabello.
Y en él he percibido
ese olor que sólo tiene la mañana.
Perdona si te molesta esto que digo.
Perdona también
por haberte soñado.
Y haber encerrado
en un dibujo mediocre.
Tu nombre y el mío.
¿Desde cuándo los demonios
se casan con los ángeles?
¿Desde cuando
el rocío sube al cielo
y se hace nubes?
¿Desde cuándo
los gusanos se hacen flores,
y los árboles azules?
Perdona por haberte imaginado
desnuda y a mi lado.
O haber creído en el delirio
de amarte
en un océano de pétalos.
O escribirte un poema
y borrar después tu nombre
para que no te enteraras
cuando lo leyeras.
¿De qué méritos gozo yo para poder besar tus pies?
Y acompañarte en tu camino.
Después de que sé muy bien
que podrás encontrar tarde o temprano
a un hombre mucho mejor que yo
en todos los aspectos
y en todos los sentidos.
Pero aquí sigo,
fiel a ti.
Enfermo de cariño.
Hablando de ti a todos.
Firme y despreciado.
Desprendido.
Calcinándome en la leña verde del amor
como un hereje maldito.
Persiguiendo tu nombre en Internet.
Llamándote a ladridos.
Hambriento de tu ser.
Ciudadano de tu olvido.
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