Ella es el cristal en los mimbres,
en las casas de barro es el aliento tras las cortinas;
ella viene de a poco con sus sed de venganza
traslucido brillo en las formas de su cuerpo en brama.
Su figura joven a mi luz tardía me acosa
con su lado oscuro,
no hay plegaria en sus ojos,
ni arrepentimientos en su andar;
muero por llevarla a casa y amarrarla a mi cama.
Ella sabía muy bien que era cuestión de tiempo
para ser mía,
pero corrió el riesgo como una bella criatura en el invierno,
su dulcísimo pelaje me embarga la respiración
su piel cocida es una avispa en mi sexo.
Quisiera con un infantil deseo verla llorar sobre las sabanas
después de estar solos y temblando de hambre;
me falta romper sus huesos
desmenuzando su apretada boca con mi lengua seca.
En este breve espacio
aprieto el oscuro deseo de cruzar la línea de sus piernas,
huelo su sueño estrecho;
no tolero la idea de no cortarla en partes.
Cuando su corazón aún caliente palpite en mi puño
y se inflame la sangre de su pecho,
todas estas verdades cobraran deseos propios
y revestiré de flores su fresca humedad.
Es la cosa más bonita que morirá tras los muros de mi alma…
Lara Bazaldúa.
Indautor 2019.
en las casas de barro es el aliento tras las cortinas;
ella viene de a poco con sus sed de venganza
traslucido brillo en las formas de su cuerpo en brama.
Su figura joven a mi luz tardía me acosa
con su lado oscuro,
no hay plegaria en sus ojos,
ni arrepentimientos en su andar;
muero por llevarla a casa y amarrarla a mi cama.
Ella sabía muy bien que era cuestión de tiempo
para ser mía,
pero corrió el riesgo como una bella criatura en el invierno,
su dulcísimo pelaje me embarga la respiración
su piel cocida es una avispa en mi sexo.
Quisiera con un infantil deseo verla llorar sobre las sabanas
después de estar solos y temblando de hambre;
me falta romper sus huesos
desmenuzando su apretada boca con mi lengua seca.
En este breve espacio
aprieto el oscuro deseo de cruzar la línea de sus piernas,
huelo su sueño estrecho;
no tolero la idea de no cortarla en partes.
Cuando su corazón aún caliente palpite en mi puño
y se inflame la sangre de su pecho,
todas estas verdades cobraran deseos propios
y revestiré de flores su fresca humedad.
Es la cosa más bonita que morirá tras los muros de mi alma…
Lara Bazaldúa.
Indautor 2019.
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