Ramo de jazmines para Andrea…
Pregunto al alba, el descuido de tu mano…
Pregunto al alba, el descuido de tu mano,
por qué dejaste caer aquélla rosa?
Torció la tierra, y pregonó que sonrosa,
la juventud afanosa, que trenzó a mi artesano…
Por qué dejaste caer, la virtud en esa tierra?
Cual amanecer, premura, desorbitó la marea,
de tus pies en albacea, ó turpitud que pelea
en esta joven aurora, que tus labios encierra?
Descuido fue de la Aurora, trenzar todos mis suspiros,
y alabar de tu sonrisa, los puros hoyuelos,
que como carmín en el alba, ó virtud de tiroriros,
remoce fue de candiles, aquellos sutiles desvelos…
Si tu plegaria es adusta, ó garantía a mi mella,
sepiando de la antigualla, ó virtud que te atropella
el recuerdo de caoba, ó la melindre del vaso:
en la agonía al fracaso, vuelve tu labio cedazo?
Descuido fue de Armonía, batir todo no es alarde:
suspiro, si va, si enfarde, la juventud otorgada,
a la virtud coronada, del lienzo que pretil tarde
enajenada no arde, en otro Crepúsculo, amada?
Sin ti nuevas alas se pïerden, en el ocaso maduro,
infaustas y peregrinas, ya no arden las candelas
de juventud hechas velas, ó arden de un rosa puro,
pregones de un sabio loco, que todo albor hizo telas?
Rostro sentido en tus manos, enjuga si la delicia
del tropel de tus rodillas, aleando el bronce depara
la juventud que me amara, en la risa ya no avara,
del salmo cual beso puro, tu labio de joven novicia?
Desglosa tu amanecer, joven guirnalda, penas,
que tu labio enhorabuena, gallardo desplinta,
la juventud hecha tinta, de tu oropel en arenas,
aguamarina ó rubíes, que la sombra despinta?
Todo acorde a tus oídos, no embarulla si de arte,
no ofuscara la senda, de tu vino, por soñarte:
de aquélla copa, que nombraste, y al labio que ella nombrara
la juventud de mi cara? Ó los labios que te ansían,
cual besos dobles reparan, ó triples, si mi agonía
en tus labios se perdía… Ó el alba bruna destella
el Canto de mi Bella, cual perfume del jazmín,
en otro rostro dentella, la sombra de un oro ruin…
Cual parlera ha sido noche, el buril que la comanda,
y en esos labios demanda, si la boca no me huyera,
del rostro que la pudiera, encadenar su hermosura
para prendar lo divino, con el arte de tu nácar,
en otra sombra cayera, de tu senda a mi distancia,
el Oro de tu codicia, entre flores, lacerado:
ó el imán que me desquicia, Oh vana flor, tu fragancia!
Cual arte todo mi pluma, en risa del tiempo atado:
Ó vestido de tu Canto, por el buril que trasnoche,
su suspiro venerado, en la sombra de aquél plinto
desmán por aquél prurito, lacerado de la noche
que el jazmín pudo cantar, con bellos pajaritos,
el labio de tu mirar, con el Alba de tus Ojos.
Ó aquélla sombra vulgar, que despiden tus enojos?
Sí, te adornara la tarde, con otros espejos
labios sólo, sólo alas, en las aguas, entrecejos?
Ó mi mirar se acobarda, con el sueño prematuro,
de tu distar de paloma, ó labio oro más puro
que el semblar de tu sonrisa, ó Numen, ó gallardía
entronizando la aurora, con el tropel en que ardía?
No, labios me celebran, al leerme tu alma pura,
tu rostro de Sueño luce, lo que pulió la dulzura
en otro canto prolijo, que vuelto de tu oro en noche,
amedrentó mis fantoches, con el dulzor que aun aceche…
Ó gemido del instante, que pregonó tu dulzura
en el labio de la Aurora, que permitió tu simiente,
enajenar mi sonriente, distinguida tesitura,
albor que pagó la aurora, y desmintió tu tangente…
Fue muralla la hendidura, y pregón del labio amado
en el dosel de mi pago, donde tendió el Sacrificio,
ó por vulgar intersticio, en la trova secular,
admitió todo el lugar, la displicencia a mi Oficio…
Fuiste Rosa, el Sacrificio, que domeñó mi amargura
en tus labios de dulzura, y el contraste de lo bello…
Admitir todo el cabello, que pontifica mi aurora,
el semblante en tu locura, y en el rostro mi destello?
Cual alba que late en mi alba, cual jazmín en ti provoca,
el labio a tus labios habla, en juventud de tu boca...
El imán de tu despecho, no jura ni balancea,
la cresta del alba asea, la virtud que arde en tu Tea?
Si la virtud sofocara, del labio de mi Poema,
por tramontar en el iris, de la hermosura en tus ojos,
por los labios dejan flojos, en lo núbil que no trema,
la virtud de tu Poema, en el Canto a tus alojos?
Ó en el pretil de hermosura, que templó todo cariño,
en los labios de tu niño, donde rindió la Odisea,
en el canto que celebra, ó el alba toda de armiño,
en los labios de tu niño, Palabra fue, que desea…
Ó por fugada memoria, si el verso todo, se acabe
en la plural nota al este, de la virtud de mi paje,
en el rostro, con coraje, de plena noche se robe,
los labios todos, del alba, en plenitud y arbitraje,
de los árboles que cantan, entonando mi silencio
con labios puros de aves, que los ángeles arbitrian,
en el rostro de tus niñas, y el sendero que prudencio
una gota es todo el Nilo, y en la paz, tus versos rían…
Eres, Topacio, mi flor, que tu goce el tiempo admita,
coronando tu hermosura, el pincel todo lo amado
por el dosel que ahora trina, y espesa con oro gualdo
el labio de mis pinceles, que raudo aflora, y permita?
Tus Oros son de sol cauto, de esperanza en la hermosura,
que tu labio da pintura, en el beso que reafianza,
a medir tu labio, avanza! si la sórdida espesura,
de tus cabellos de bronce, la juventud me remansa…
Preguntó el alba, el descuido de tu mano,
no sé por qué cayó, una Rosa en mi verano...
Pregunto al alba, el descuido de tu mano…
Pregunto al alba, el descuido de tu mano,
por qué dejaste caer aquélla rosa?
Torció la tierra, y pregonó que sonrosa,
la juventud afanosa, que trenzó a mi artesano…
Por qué dejaste caer, la virtud en esa tierra?
Cual amanecer, premura, desorbitó la marea,
de tus pies en albacea, ó turpitud que pelea
en esta joven aurora, que tus labios encierra?
Descuido fue de la Aurora, trenzar todos mis suspiros,
y alabar de tu sonrisa, los puros hoyuelos,
que como carmín en el alba, ó virtud de tiroriros,
remoce fue de candiles, aquellos sutiles desvelos…
Si tu plegaria es adusta, ó garantía a mi mella,
sepiando de la antigualla, ó virtud que te atropella
el recuerdo de caoba, ó la melindre del vaso:
en la agonía al fracaso, vuelve tu labio cedazo?
Descuido fue de Armonía, batir todo no es alarde:
suspiro, si va, si enfarde, la juventud otorgada,
a la virtud coronada, del lienzo que pretil tarde
enajenada no arde, en otro Crepúsculo, amada?
Sin ti nuevas alas se pïerden, en el ocaso maduro,
infaustas y peregrinas, ya no arden las candelas
de juventud hechas velas, ó arden de un rosa puro,
pregones de un sabio loco, que todo albor hizo telas?
Rostro sentido en tus manos, enjuga si la delicia
del tropel de tus rodillas, aleando el bronce depara
la juventud que me amara, en la risa ya no avara,
del salmo cual beso puro, tu labio de joven novicia?
Desglosa tu amanecer, joven guirnalda, penas,
que tu labio enhorabuena, gallardo desplinta,
la juventud hecha tinta, de tu oropel en arenas,
aguamarina ó rubíes, que la sombra despinta?
Todo acorde a tus oídos, no embarulla si de arte,
no ofuscara la senda, de tu vino, por soñarte:
de aquélla copa, que nombraste, y al labio que ella nombrara
la juventud de mi cara? Ó los labios que te ansían,
cual besos dobles reparan, ó triples, si mi agonía
en tus labios se perdía… Ó el alba bruna destella
el Canto de mi Bella, cual perfume del jazmín,
en otro rostro dentella, la sombra de un oro ruin…
Cual parlera ha sido noche, el buril que la comanda,
y en esos labios demanda, si la boca no me huyera,
del rostro que la pudiera, encadenar su hermosura
para prendar lo divino, con el arte de tu nácar,
en otra sombra cayera, de tu senda a mi distancia,
el Oro de tu codicia, entre flores, lacerado:
ó el imán que me desquicia, Oh vana flor, tu fragancia!
Cual arte todo mi pluma, en risa del tiempo atado:
Ó vestido de tu Canto, por el buril que trasnoche,
su suspiro venerado, en la sombra de aquél plinto
desmán por aquél prurito, lacerado de la noche
que el jazmín pudo cantar, con bellos pajaritos,
el labio de tu mirar, con el Alba de tus Ojos.
Ó aquélla sombra vulgar, que despiden tus enojos?
Sí, te adornara la tarde, con otros espejos
labios sólo, sólo alas, en las aguas, entrecejos?
Ó mi mirar se acobarda, con el sueño prematuro,
de tu distar de paloma, ó labio oro más puro
que el semblar de tu sonrisa, ó Numen, ó gallardía
entronizando la aurora, con el tropel en que ardía?
No, labios me celebran, al leerme tu alma pura,
tu rostro de Sueño luce, lo que pulió la dulzura
en otro canto prolijo, que vuelto de tu oro en noche,
amedrentó mis fantoches, con el dulzor que aun aceche…
Ó gemido del instante, que pregonó tu dulzura
en el labio de la Aurora, que permitió tu simiente,
enajenar mi sonriente, distinguida tesitura,
albor que pagó la aurora, y desmintió tu tangente…
Fue muralla la hendidura, y pregón del labio amado
en el dosel de mi pago, donde tendió el Sacrificio,
ó por vulgar intersticio, en la trova secular,
admitió todo el lugar, la displicencia a mi Oficio…
Fuiste Rosa, el Sacrificio, que domeñó mi amargura
en tus labios de dulzura, y el contraste de lo bello…
Admitir todo el cabello, que pontifica mi aurora,
el semblante en tu locura, y en el rostro mi destello?
Cual alba que late en mi alba, cual jazmín en ti provoca,
el labio a tus labios habla, en juventud de tu boca...
El imán de tu despecho, no jura ni balancea,
la cresta del alba asea, la virtud que arde en tu Tea?
Si la virtud sofocara, del labio de mi Poema,
por tramontar en el iris, de la hermosura en tus ojos,
por los labios dejan flojos, en lo núbil que no trema,
la virtud de tu Poema, en el Canto a tus alojos?
Ó en el pretil de hermosura, que templó todo cariño,
en los labios de tu niño, donde rindió la Odisea,
en el canto que celebra, ó el alba toda de armiño,
en los labios de tu niño, Palabra fue, que desea…
Ó por fugada memoria, si el verso todo, se acabe
en la plural nota al este, de la virtud de mi paje,
en el rostro, con coraje, de plena noche se robe,
los labios todos, del alba, en plenitud y arbitraje,
de los árboles que cantan, entonando mi silencio
con labios puros de aves, que los ángeles arbitrian,
en el rostro de tus niñas, y el sendero que prudencio
una gota es todo el Nilo, y en la paz, tus versos rían…
Eres, Topacio, mi flor, que tu goce el tiempo admita,
coronando tu hermosura, el pincel todo lo amado
por el dosel que ahora trina, y espesa con oro gualdo
el labio de mis pinceles, que raudo aflora, y permita?
Tus Oros son de sol cauto, de esperanza en la hermosura,
que tu labio da pintura, en el beso que reafianza,
a medir tu labio, avanza! si la sórdida espesura,
de tus cabellos de bronce, la juventud me remansa…
Preguntó el alba, el descuido de tu mano,
no sé por qué cayó, una Rosa en mi verano...
Dom Mayo 05, 2024 8:02 pm por caminandobajolalluvia
» Desde la ventana
Dom Mayo 05, 2024 7:56 pm por caminandobajolalluvia
» Por qué, la guerra?
Miér Mayo 01, 2024 6:07 pm por caminandobajolalluvia
» Tu cuerpo se desviste...
Miér Abr 17, 2024 4:52 pm por caminandobajolalluvia
» Déjame unir mi mano con la tuya...
Miér Abr 17, 2024 4:50 pm por caminandobajolalluvia
» Tu rostro...
Lun Abr 15, 2024 3:55 am por caminandobajolalluvia
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
Mar Abr 09, 2024 9:05 pm por caminandobajolalluvia
» Mi ciudad
Jue Abr 04, 2024 1:08 pm por caminandobajolalluvia
» Mujer -reclamo tus rosas-
Jue Abr 04, 2024 1:02 pm por caminandobajolalluvia