Cual interludio en la Lira...

Cual interludio en la Lira…

Cual interludio en joven lira, desvistiéndose la noche en perfumados alabastros,
inigualablemente cáusticos abriles no ceden a la ágil noche
encriptados en sílabas, botellas de amor
negándose en rotos atrios de búsqueda,
arropa la vertiente
en otra golondrina, incipiente tarde, emancipada rosa
abriéndose la noche
madeja de suspiro
enalteciendo la bruma el coloquio incesto
de febril aroma en verde tarde,

Almena

Privada Luna,


Bajo la noche, única estrella
tutelando la mirada enhiesta de la forma,
en torcida espuma,
albedrío fragante de la norma de Amor;

Cortina sedada de Universo

En único parangón de rosa, de motivo, acervando la luna
de a pedazos
la simiente de sonrisas en lo alto,
Voz de bocas alicientes:
Noches elocuentes, en la brisa
pedazos de aciertos, atavíos… Lunas entronizadas,
salvajes horas
crudas navajas de heridas nacen,
en la hierba de un solo color,
heridas de Tierra, semblando la noche, desértica huida
tiritando claveles:

en el ocio juvenal de privadas sentencias,
encubiertas en el polvo,

Música,

Arrastrando la noche-

Memoria- colores indómitos, fatuos fogoneos-

Alerce inspira los suspiros del Alba-

Dorada enalba, sátiras, cúspides motores,

Búsqueda senil, ceguedad bajo estrellas ciegas
arropan la mirada
bajo estrellas…

Ardor de Música, plegarias oscuras, en la Nínive:

Calandrias, y veo veos, en el sólido amor de una escafandra ciega:

Buscando negados claustros,

indómitas llamas perdidas en la noche,

balaustrinas apoderadas de la nieve...:

El Ajedrez de tus ojos-


Cantan los alfiles, y místicos caballos-
negados encïerros en espuma,

sellados cautiverios en libertades prontas

de Vuelo liberado-

Y tú:

“No he visto la cuchara. Me has de dar respingos en el atrio,
pedernal de Oro…?”

Clarividente Ocaso, púrpura acendro, excusa de tafilete de cobre,

de Oro sobre la Medusa de tu Cuerpo,

dormido en la noche del oprobio…etc.