Suave
Tu sombra erige lentas cuerdas; lentos ápices,
donde el sabor de tu perfume encuentra
todo el color y la luna que concentra,
premura intacta, a tus ojos, directrices…
Suave dolor de la rosa que perfuma,
lentos abriles del color que aún inaugura,
de tu mirada, el color que me mesura,
por el océano a tu flor, que abruma…
Suaves entornos, de risas ya pasadas,
de sombras en albor, en barcarolas,
cual las doblega campanadas en tus borlas
de mi sendero, el color de tus posadas…
Luenga en sendero de amor, júbilos, cauces,
que lo sobrio a tu prudencia confrontaba;
otro dolor que emancipa verte hallada
en tu perfume, alegría que soñaba…
Verde clamor que de ti pierde y apabila,
el canto doloroso que obnubila,
ó ya el sendero de la Trova, que encamina
a tu sorteo, ó la fiesta que fulmina…
Sombra volátil, cuesta darme otro verano,
sin el sendero de tu sombra, de tu mano
en la cuneta que prefiere mi artesano,
a doblegar sombra carmín, de tu Verano…
Verdes tus ojos, ó ¿lo son? tu anatomía
es más mordaz y displicente, que la mía,
más hermosa, y más libre que, encallada,
mi trova augusta, en tu risa detallada…
Sombra y reparo, a tu sombra en amargura:
cual la cadencia del motor que me enamora
en otra ausente pormenor sombra que decora,
el trabalengua de mi sombra, mi incultura…
Matiz que asoma, enamorado de tu súplica
en otra almena confabula sepias artes,
con lo mellado del amor que busca amantes,
entre la risa de efusión, de verde gótica…
Borlas, tan genuinas que enmudecen mi lira,
adoleciendo la mirada de oropeles,
entre la sombra que enmudece y que retira
los cordones del amor, súplica en miles…
Sombra y reparo de la orilla nacarada
sordo león de la bandada de jazmines,
entre buriles y centellas, de oros faustos,
ó congraciados en amor, con tus abriles…
Y primaveras en Septiembres, condenadas,
a morir de un solo beso, enamoradas
entre la risa de un venablo ya certero
ó del amor desnudo y pasajero…
Eres asueto de la lágrima, y un beso
uno sólo? Sólo un deleite del frambueso,
que amordaza lenta cúspide motora,
y engaña con tu adentro, ruiseñora…
Sorda mi voz, y mi madero yace intacto
cual el sendero de tu adiós, ó negligencia,
que mi voz tenue, en la vasija de prudencia
fue confrontada, a menor, cual sordo tacto…
Fuiste la espora que vertió polen mi beso,
dulzura insiste sin tu clámide, cerezo…
Tu sombra erige lentas cuerdas; lentos ápices,
donde el sabor de tu perfume encuentra
todo el color y la luna que concentra,
premura intacta, a tus ojos, directrices…
Suave dolor de la rosa que perfuma,
lentos abriles del color que aún inaugura,
de tu mirada, el color que me mesura,
por el océano a tu flor, que abruma…
Suaves entornos, de risas ya pasadas,
de sombras en albor, en barcarolas,
cual las doblega campanadas en tus borlas
de mi sendero, el color de tus posadas…
Luenga en sendero de amor, júbilos, cauces,
que lo sobrio a tu prudencia confrontaba;
otro dolor que emancipa verte hallada
en tu perfume, alegría que soñaba…
Verde clamor que de ti pierde y apabila,
el canto doloroso que obnubila,
ó ya el sendero de la Trova, que encamina
a tu sorteo, ó la fiesta que fulmina…
Sombra volátil, cuesta darme otro verano,
sin el sendero de tu sombra, de tu mano
en la cuneta que prefiere mi artesano,
a doblegar sombra carmín, de tu Verano…
Verdes tus ojos, ó ¿lo son? tu anatomía
es más mordaz y displicente, que la mía,
más hermosa, y más libre que, encallada,
mi trova augusta, en tu risa detallada…
Sombra y reparo, a tu sombra en amargura:
cual la cadencia del motor que me enamora
en otra ausente pormenor sombra que decora,
el trabalengua de mi sombra, mi incultura…
Matiz que asoma, enamorado de tu súplica
en otra almena confabula sepias artes,
con lo mellado del amor que busca amantes,
entre la risa de efusión, de verde gótica…
Borlas, tan genuinas que enmudecen mi lira,
adoleciendo la mirada de oropeles,
entre la sombra que enmudece y que retira
los cordones del amor, súplica en miles…
Sombra y reparo de la orilla nacarada
sordo león de la bandada de jazmines,
entre buriles y centellas, de oros faustos,
ó congraciados en amor, con tus abriles…
Y primaveras en Septiembres, condenadas,
a morir de un solo beso, enamoradas
entre la risa de un venablo ya certero
ó del amor desnudo y pasajero…
Eres asueto de la lágrima, y un beso
uno sólo? Sólo un deleite del frambueso,
que amordaza lenta cúspide motora,
y engaña con tu adentro, ruiseñora…
Sorda mi voz, y mi madero yace intacto
cual el sendero de tu adiós, ó negligencia,
que mi voz tenue, en la vasija de prudencia
fue confrontada, a menor, cual sordo tacto…
Fuiste la espora que vertió polen mi beso,
dulzura insiste sin tu clámide, cerezo…
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