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por El arte sueña…
Deslumbra el mar, su oro en el suspiro,
cadencia de Sol nevando en el zafiro:
de esgrima leve, de azor nevando estrella
de sol herido, ó rostro de mi bella…
Cadente mirada que la voz exhibe:
tan rostro de mi mar, que el ala inhibe
por sobre vuelo de tus alas, que laceran,
tu boca a mi voz, nevando esperan…
Desoye, el claro de tu sombra en útil premio,
tangente que al morir, embiste, sosegado
el mar en que la unión aclara lo pasado,
del rostro de la unión, que afirma cuerpo mío…
Aguarda y cede, helándote palabras,
que la boca del alma, embiste prisionera:
del arte a tu manera, del rostro con que aguardas
las bocas de tu Sol, nevando en Primavera…
Intonsa miel resbala, y junto al oro amante,
sosiega del instante, y boca cae ilesa,
suspiro del fragante, hechizo de pavesa
durmiente, lacerante, en otra flor amante…
De goce que sustrae, el oro a la penumbra,
cual irradiado arte, helándote pusiera
el goce que apenumbra, y el rostro que te hiriera:
Palabras en tu voz, que la voz ya no nombra…
Tan goce de efusión, que la salada, artera
boca de prisión, que al partir, migaja,
en otra fuente clara, de boca, pasajera,
en otra voz estoica, tu noche se destaja…
Helarte de efusión, en arte de mirada,
concibe en otra unión, crisálida la forma,
en otra noche, horma, que la voz aniñada
la sombra de tu sien, imprime ya sin norma…
Distante, solo lícita, de Sol nevando impera,
Goliardo de mis noches, y en boca la altanera
tan efusiva amante, y voz que propusiera,
privar salado arte, y Arte a tu manera…
De voz, nevando cálido, ya dúctil, del principio,
otro cuchillo amante, el Sol que arroja cieno,
urdida me reclama, tu voz nevando a pleno:
distancia en la efusión, cadencia ó participio…
Helándote la boca, la Sal, tu oro renace,
alarte de tu voz, en sombra te disfrace…
Deslumbra el mar, su oro en el suspiro,
cadencia de Sol nevando en el zafiro:
de esgrima leve, de azor nevando estrella
de sol herido, ó rostro de mi bella…
Cadente mirada que la voz exhibe:
tan rostro de mi mar, que el ala inhibe
por sobre vuelo de tus alas, que laceran,
tu boca a mi voz, nevando esperan…
Desoye, el claro de tu sombra en útil premio,
tangente que al morir, embiste, sosegado
el mar en que la unión aclara lo pasado,
del rostro de la unión, que afirma cuerpo mío…
Aguarda y cede, helándote palabras,
que la boca del alma, embiste prisionera:
del arte a tu manera, del rostro con que aguardas
las bocas de tu Sol, nevando en Primavera…
Intonsa miel resbala, y junto al oro amante,
sosiega del instante, y boca cae ilesa,
suspiro del fragante, hechizo de pavesa
durmiente, lacerante, en otra flor amante…
De goce que sustrae, el oro a la penumbra,
cual irradiado arte, helándote pusiera
el goce que apenumbra, y el rostro que te hiriera:
Palabras en tu voz, que la voz ya no nombra…
Tan goce de efusión, que la salada, artera
boca de prisión, que al partir, migaja,
en otra fuente clara, de boca, pasajera,
en otra voz estoica, tu noche se destaja…
Helarte de efusión, en arte de mirada,
concibe en otra unión, crisálida la forma,
en otra noche, horma, que la voz aniñada
la sombra de tu sien, imprime ya sin norma…
Distante, solo lícita, de Sol nevando impera,
Goliardo de mis noches, y en boca la altanera
tan efusiva amante, y voz que propusiera,
privar salado arte, y Arte a tu manera…
De voz, nevando cálido, ya dúctil, del principio,
otro cuchillo amante, el Sol que arroja cieno,
urdida me reclama, tu voz nevando a pleno:
distancia en la efusión, cadencia ó participio…
Helándote la boca, la Sal, tu oro renace,
alarte de tu voz, en sombra te disfrace…
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