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por Recaredo Dom Jun 26, 2016 10:54 amAmigo Alex, aquí te dejo este poema que creo no has leído y hace mucho tiempo que lo tengo en el foro. Me interesa tu opinión sobre él, pues me asaltan hoy los mismos pensamientos que el día en que lo escribí.
El viento helado de diciembre.
Sobre el duro asfalto de la plaza
el viento helado de diciembre
levanta remolinos de hojas secas,
y el sol, hecho escalofrío,
se hunde en su poniente.
Un cielo azul se cierra,
y un futuro
inconcreto se suspende en el aire.
En el décimo piso
unos ojos cansados contemplan el vacío,
el estrecho horizonte
que comprime su ánimo indeciso.
La realidad tangible de su hastío
reclama libertades temerarias.
El instinto encadena.
Y la razón no atina a descifrar
la exacta magnitud de su problema.
Suspenso el pensamiento,
quedan dolor y miedo colapsados
por hilos de invisibles marionetas.
Luego, el espacio abierto,
las hojas de los árboles resecas,
el susurro del viento,
el sol escalofrío;
todo desaparece en un momento.
Recaredo.
El viento helado de diciembre.
Sobre el duro asfalto de la plaza
el viento helado de diciembre
levanta remolinos de hojas secas,
y el sol, hecho escalofrío,
se hunde en su poniente.
Un cielo azul se cierra,
y un futuro
inconcreto se suspende en el aire.
En el décimo piso
unos ojos cansados contemplan el vacío,
el estrecho horizonte
que comprime su ánimo indeciso.
La realidad tangible de su hastío
reclama libertades temerarias.
El instinto encadena.
Y la razón no atina a descifrar
la exacta magnitud de su problema.
Suspenso el pensamiento,
quedan dolor y miedo colapsados
por hilos de invisibles marionetas.
Luego, el espacio abierto,
las hojas de los árboles resecas,
el susurro del viento,
el sol escalofrío;
todo desaparece en un momento.
Recaredo.
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