Y con los pies por delante

Y con los pies por delante

Número siete en el dado,
quinto punto cardinal,
qué más pedir al final
del tiempo que te ha tocado.
Las puertas ya se han cerrado,
sólo han abierto una fosa,
se acerca hasta allá una rosa,
se deshoja como el día,
qué más decir, poesía,
si te han de cubrir de prosa.

No hay suerte para los versos,
sólo el contrato es urgente,
que grite toda la gente,
que callen tantos diversos.
No sirven ni los esfuerzos
del que sueña con la luna,
del que la mece en la cuna,
del que al destino interroga,
que este sol es una soga
y el amor ya no es fortuna.

Por eso el silencio acecha,
pues allí no hay más razones,
obedecen los peones
y gritan los de derecha.
Nunca es segura la fecha
de la vida y de la muerte,
tampoco gana el más fuerte,
ni el débil es derrotado,
y, que aunque todo está anotado,
la mitad es pura suerte.

Y ahora que todo acaba
de poco sirve saberlo,
pero es bueno comprenderlo,
que el tiempo tiene su traba.
El resto es sueño que enclava
su enseña en el corazón,
no existe ni en la razón,
no hay ley para levantarlo,
pero es la vida un buscarlo
y entre todos darle un son.

Qué más que haberse jugado
cuando no existen certezas
ni de las bocas que besas
ni de la flor que has sembrado.
Qué más que dar por legado
las fuerzas de ir adelante,
que en todo poner aguante,
que en nada vivir con miedo,
qué más que decir me quedo
y con los pies por delante.

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