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por Oscar64 Jue Oct 23, 2014 5:49 amLejos de todo
Sobra decir que estamos lejos de la gloria,
que cada vez menor es el tamaño de tus sueños,
que luchas y te inscribes en relojes imposibles,
pero aún sin vacilar las olas no llegan a puerto.
Te ahogas nada más en las ciudades derruidas,
en esas donde el pan fue tu motor y tu esperanza,
lo repartiste siempre entre los pobres de tu aldea,
lo sembraste cada vez en la garganta del hambriento
y en gratitud ya floreció, pero eran tiempos que no vuelven
y hay bocas que sin fin sólo degustan la amargura.
Hoy ni la harina cae generosa de los trigos,
hoy día el trigo tiene cuidadores con fusiles,
semillas con disfraz, raíces con espinas
y una receta el pan en que no existe la ternura,
la compasión y la heredad de los que esperan desde siempre
fue atravesada y muerta por un rayo de egoísmo,
salvarse y nada más es un buen reto para el mundo,
sólo que no hay más que un mundo para cumplirlo y ya no aguanta,
ya cae, enajenado de impiedades,
de golpes, de miserias, de redes sin pescado,
hoy nadie pone más que lo que saca
y en cualquier voluntad más pesa el oro que la gracia.
Así no llegaremos a las puertas del parnaso,
ni a la mejor ciudad que merecemos por vecinos,
hay tanto que cambiar, que ya al saber que estamos lejos
o echamos a marchar, o perderemos la alegría.
Sobra decir que ya lo sabes y te espero,
sobra pues ya no queda más que abrir las manos,
la guerra y su desdén no saben nada del destino,
es nuestro el corazón, y sobra ya que lo guardemos,
vayamos a sembrar otro horizonte sobre el campo,
la tierra gracias da de que aún, aún nos quede tiempo.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
23 10 14
Sobra decir que estamos lejos de la gloria,
que cada vez menor es el tamaño de tus sueños,
que luchas y te inscribes en relojes imposibles,
pero aún sin vacilar las olas no llegan a puerto.
Te ahogas nada más en las ciudades derruidas,
en esas donde el pan fue tu motor y tu esperanza,
lo repartiste siempre entre los pobres de tu aldea,
lo sembraste cada vez en la garganta del hambriento
y en gratitud ya floreció, pero eran tiempos que no vuelven
y hay bocas que sin fin sólo degustan la amargura.
Hoy ni la harina cae generosa de los trigos,
hoy día el trigo tiene cuidadores con fusiles,
semillas con disfraz, raíces con espinas
y una receta el pan en que no existe la ternura,
la compasión y la heredad de los que esperan desde siempre
fue atravesada y muerta por un rayo de egoísmo,
salvarse y nada más es un buen reto para el mundo,
sólo que no hay más que un mundo para cumplirlo y ya no aguanta,
ya cae, enajenado de impiedades,
de golpes, de miserias, de redes sin pescado,
hoy nadie pone más que lo que saca
y en cualquier voluntad más pesa el oro que la gracia.
Así no llegaremos a las puertas del parnaso,
ni a la mejor ciudad que merecemos por vecinos,
hay tanto que cambiar, que ya al saber que estamos lejos
o echamos a marchar, o perderemos la alegría.
Sobra decir que ya lo sabes y te espero,
sobra pues ya no queda más que abrir las manos,
la guerra y su desdén no saben nada del destino,
es nuestro el corazón, y sobra ya que lo guardemos,
vayamos a sembrar otro horizonte sobre el campo,
la tierra gracias da de que aún, aún nos quede tiempo.
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