Nada más

Nada más

Ámame por la noche en la que acudas,
por el vientre y la alfombra, por el fuego,
ámame por la guerra y el sosiego,
por la fuerza de mis piernas desnudas.

Ámame en el dolor, en esas dudas
que rompen a llorar como en el riego,
que acaban por mojar tu cuerpo ciego
y se hacen en mi voz semillas mudas.

Y bésalas, recíbelas sin Judas
sin Pedro negativo y sin apego,
tan sólo porque estallan, solas, viudas.

Y entonces vete ya, que no hay más juego,
es sexo nada más esto en que sudas,
es polvo nada más, y nada luego.

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21 08 14