Temática de vïentos, de sumos oropeles,
aquélla voz endrina, de luz en los clavëles...
aquélla voz endrina, de luz en los clavëles...
Orlada de Veranos
Sumida en la plata, tu albornía
consume el agua de fuente cristalina
y en su goce, el peso de tu alcurnia
espesa sobre el viento la calma de mi ruina…
El oro entre tu cuerpo reluce del verano
aquella faz de nïeve, aislada de tu mano,
y en nieve tu desnuda madeja de colores
desnuda tu silencio besando los albores…
Rizada en mil destellos, entre tus bucles, lira
penetrando de tu risa, perfumada pira
exorna de tu cuerpo aquella muda espira
que bella no anochece, ni asombra, ni admira…
Muda de tu risa con el clavel endrino
aquél mudo velamen de tu cuerpo fino
sobre marëas y reclamos que ornan tu destello
la rüina de mi centro a tu sol, tu cabello…
De nieve se acentúa tu cüerpo lacerante,
ornada rosa fuera de mi párpado quemante
desnudo de colores en habla de tu sino
ondeándole a la espuma la brisa en tu camino…
Tan luego se disocia de mi clamor errante
aquél sol irradiante de sombra en artilugio
de ser en el dïamante la luz de tu refugio,
besándote en la tarde, desnuda alba triunfante!
De risa se proclama tu ahínco en la deidad
de tu silente hermana, la sombra en libertad
que sobre ascuas dulces diera tu sombra en una rosa
queriendo sobre el alma, aquél rojo que impera
para besarte el cuerpo donde mi mano goza
la luz de oro que hermosa, se cierne en Primavera!
Aquél desnudo flujo de mil mareas alce
lo que joven de tu flor, tu beso endulce…
Presagio de color, que sirve nacarado
aquella luz que añil, fue sombra de tu prado
luciente en tu guirnalda, candía entre tu pena
el mismo sol de nieve de tu desnuda arena…
Aquella, tu blancura, sobre el alma desquiciante
fue faz rutilante, sobre tu brisa etérea
y en sombra, me cegaste, con luz, con luna aérea
desnuda en la marea de tu flor brillante...!
Fue Sombra tu Verano, fue luz de mi alma amante,
sobre el candil que vago, mi espuma rutilante
fue cierta luz extraña de un Sol que enamoraba
aquélla luz que tersa, en tu cuerpo se posaba…
Y allí quedó tu oro, en la noche cadenciosa
desnuda mi alma en sombra, que de tu seno alzaba
aquella sombra en fuego, de tu fuego esposa
aquél Oro que anego, que en tu piel hallaba…
Fue Sombra tu Verano, y fue dïamante preso
albura nacarada y luz todo su peso,
constancia de mi albor que en tu bermeja aurora
la nítida mujer que en su belleza adora,
aquél sol en la tea, que sus labios atesora
y en tu distinta luz, cadenciosa, mora
aquella luz intensa del brillo de la Aurora,
que dejó el fuego en mi pecho, y mi semblante, dora.
Besarte, en luz y oro, cadencia fue infinita,
mi amor entre tus labios, mi alma lo repita...
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