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por Descubierto, sin la sal, vuelve a mi encuentro
la sal medida en oro fauno de su adarme,
en conjunción con la parcela de su centro
tan desvestida y en unión donde llevarme…
Arremetida contra el viento, solicita
mi amor renuente en matemática limita,
el ocio alegre de su contorno bravo,
al equinoccio ciego de los númenes que acabo…
Misteriosos vaivenes entre luces cual Lucindas
se sofocan en el roce del cincel cual es aroma
la mañana en el enclave de su músico pincel que lindas
con el manantial de tu regazo cuya virtud asoma…
Vaivén de goce y soplo perfumado cual princesa
esculpe en tu madeja de cristal sombrías fauces
que la Helena y las deesas resume oro en amagues
de longevo palpitar al descuido, su belleza…
Otras certeras náyades oprimen con tu encanto
el ministrar seguro daño la dulzura que sofoco,
con el pétreo pie de mármol que hacina sólo un poco
los encantos y rubores de tu fiebre, mientras tanto…
Y en el alba suspirar no puede la belleza
su silencio en la bandurria que se aniña, helada
y en la sombra de éste Sol me acompañas, bienamada
a la cuna el pedestal que se abruma con tu oro. Destreza
sin igual puede fragante asir la noche de mis fauces
entre estrellas soberanas que recelan cautiverio
de tus alas tú gobiernas el asir Oda en el lirio,
que sucumbe en tu belleza y en la impronta de tus ases…
Fugaz damisela de murmullo entre tus flores
aleja de mis dolores el llanto que vive tenue
en la selva de los albores quiere el Arte perenne,
gozar la noche queda un instante perpetuo de amores…
Pudo el alba ser el ave que sostiene tu canto hermoso
doblegando las espinas de éste el mar más contagioso,
que reverdece en espumas de tu fragante belleza
esmeraldas a tus ojos cual crudo adarme se besa!
Y en el sol de tu cigarra dame el murmullo apenas
que engendra de la fortuna y también mis arrebatos
al dorso de mis espigas y sueños coreando penas
de la ilesa desnudez afianzando sus recatos…
Espina que mudo adarme yace continuo en sus aras
y goza de mis guitarras la misma miel en deslices
que sobre la mustia guirnalda ofrece sus directrices
intrincando del orfebre la celada con sus garras…
Hace sombra noche en vela y sol derramado amanece
destiñendo su mirada y su canto mientras düerme,
renegando con el alba los mismos sonoros cantos; ya merme
de tus suspiros el goce que el ave crece…
Extinción de tu bagaje macerado con las aguas,
acierta con noche ufana, tus besos entre mis treguas…
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