una siesta tal vez,
una pausada gota de silencio
una almohada, esperando
que apoye mi cabeza
y mi cuerpo que avisa,
que mis ojos se cierran,
que mis piernas se aflojan
y no se si la mariposa
que aleteaba recién,
aquí en mi blusa,
era parte de un sueño,
o verdadera.
Pero prefiero amor,
ir hasta el baño,
refrescarme la cara,
maquillarme de nuevo
perfumarme en los sitios,
donde lleguen tus labios,
descontar los minutos
que nos toman distancia
y morderme las uñas,
despintando el esmalte
dibujar arabescos,
y evocar sin dormirme
( a eso le tengo miedo)
tus caricias,
tus besos,
nuestros buenos encuentros
y la promesa nueva,
de gozarnos, en siesta
antes, que la rutina ,
nos devuelva al trabajo.
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