Junto al silencio

Junto al silencio me declaro en armonía
sobre el oro ruin de la panoja helada
abrevando de la sal su hoja iluminada
por el carbunclo breve de su tea que ceñía…
Manto a la cual promesa de rocío
inerte copia fiel su llamarada enluta,
atisbando su jirón la madera que disfruta
en la nevada sombra de su sol en el estío…

Panoja cierta de su forma encandilada
por la madeja austera de su formidable trazo
que en el constante murmullo en sutil vaso
quimera vuelve su contorno en otra helada…
Mirífica no diera si no habla con poesía
celada diurna afable, su cordel, su pleitesía
atrancando en el silencio la musitada hoja
que la pluma de oro cauta enarbolada escoja…

A su ferviente luz, me desdoblo por si acaso
lenta mar envuelva su virtud, su rojo ocaso
que en la llama de su flor acerada junto al ansia
crepitara en su ceñida llama el color de tu infancia…
Anonada más la llama, su virtud que la flamea
entonación de su belleza junto al füego infame,
de su reñida fortaleza y látigo reclame
pudor que enseña el vilo a la ausencia de su tëa…

Oscuro dial en sombra, noche alberga una pisada
arredrando de la sombra su bribón aún estrellada,
que separa de mis velas el carmín tu labio amable
loco espera tu fulgor que la rübia alba mudable
escoja de su vüelo la ceñida flor que ausente
juventud entre la gente que despoja su mirada
y se enciende lenta flor que caduca ya su amada
en el beso que el adiós no repara en el presente…

Pero el cielo de tus ojos deslumbra mi quimera,
enalteciendo toda tu voz, toda sombra, en Primavera
que se acabe con tu luz mi alma celada en oprobio,
y florezca lenta su flor, floreciendo así a tu novio…
Y tú, mujer de mi alma, prisionera de mis ojos
lenta enciendes con tu vüelo el arma de mis antojos:
tu mirada enseña así, la virtud, tu reverbero
en tus cejas hay debajo más luz, que un sol entero:

Mi voz captura un brío, y en el frío, la panoja,
asesta de Cupido, la joven flecha que escoja…