Índice
Últimas imágenes
Conectarse
por Un poco de seda para imitar tus labios
y en ellos; dejar perder mi alma.
Te has llevado mi orfandad;
acompañas mi silencio en nombre de Dios.
No puedo ya negarme;
solté la hora al cielo
y tomó de mi libertad para vivir.
Tanto que así te hallo
no importa si eres ella o él;
has hecho todo por salvarme.
Dejaré mi cuerpo equivocado
y con la inspiración que me dejaste
pensaré que aún sin ti yo soy feliz.
Con noches pendientes
quemando desde dentro
habrá un último minuto de silencio por los dos.
Mi deseo penetrado en todas tus pieles;
Alguna vez será…
Descubriendo entre la gente
con única vida para nombrarte
el saber que enciendes
mi oscuro pensamiento.
Hoy que hay ángeles en esta habitación;
Quizás entonces tú eres…
Y al nacer el alma;
Soy yo quien aún no existe…
Donde aguardan las palomas,
donde anida el diablo en silencio;
Bendito deseo que no me abandona…
Lara Bazaldúa.
Indautor 2013.
y en ellos; dejar perder mi alma.
Te has llevado mi orfandad;
acompañas mi silencio en nombre de Dios.
No puedo ya negarme;
solté la hora al cielo
y tomó de mi libertad para vivir.
Tanto que así te hallo
no importa si eres ella o él;
has hecho todo por salvarme.
Dejaré mi cuerpo equivocado
y con la inspiración que me dejaste
pensaré que aún sin ti yo soy feliz.
Con noches pendientes
quemando desde dentro
habrá un último minuto de silencio por los dos.
Mi deseo penetrado en todas tus pieles;
Alguna vez será…
Descubriendo entre la gente
con única vida para nombrarte
el saber que enciendes
mi oscuro pensamiento.
Hoy que hay ángeles en esta habitación;
Quizás entonces tú eres…
Y al nacer el alma;
Soy yo quien aún no existe…
Donde aguardan las palomas,
donde anida el diablo en silencio;
Bendito deseo que no me abandona…
Lara Bazaldúa.
Indautor 2013.
Última edición por Lara Bazaldua el Lun Jul 29, 2013 11:27 pm, editado 1 vez
» Los Sabios de Oriente
» MUERTE DEL SILENCIO [Dedicado a García Lorca y seguidores]
» EN TU AMOR
» MERCADERES DEL TEMPLO
» CREPÚSCULO: breve cántico
» Del esplendor imposible
» Del esplendor imposible
» Te digo adiós