Me declaro en tu boca blanca y desnuda
en el cuarto creciente de tu luna,
fogosidad de bengala entre tus dos costados
sintiendo tu cromático azul,
me derribo de mariposa dulce, caprichosa
de fuego de lejos de verde y hondo campo,
de todo este tiempo que nos concedieron
en la escarcha y en episodios de amor,
distantes como las ridículas postales de paisajes
tiernas respirando para luego confluir;
en tus brazos me declaro de nieve
si tú vienes de estío dibujado
redescubriendo historias de amor,
mi sensación la declaro al escucharte
otra amnesia, otra carta de amor al corazón
otra bala en las sienes,
pero mi capricho es el azar haciéndote de aire
de sonido con tu cuerpo
de la vida con su hermoso tapiz
que nos hace más humanos,
esa manera tuya caprichosa
que provoca en mi los sentimientos,
cuando de cualquier manera surgen
de ese lugar de ti que ya lo sabe,
y nos dice bajo un cielo distinto
que los rayos del sol nos queman
que los dedos de viento nos dejan espacio
para que ahora sí podamos vernos,
con otros diamantes con otras cenizas
sin apenas regresando...
tal vez no sea tan bueno
decirnos todo sin callarnos,
pero puede igualmente gustarnos.
Mi capricho es enredarme
como un insulto esplendido
a las zonas de tu cuerpo,
como si me abriera a un mundo nuevo
de espacios constantes de irracional belleza
y ser tuya en el paisaje, ligada, intempestiva
atrapada en la luz de tu vida, en la telaraña química
lúcida, donde se mueve tu cuerpo en mi.
en el cuarto creciente de tu luna,
fogosidad de bengala entre tus dos costados
sintiendo tu cromático azul,
me derribo de mariposa dulce, caprichosa
de fuego de lejos de verde y hondo campo,
de todo este tiempo que nos concedieron
en la escarcha y en episodios de amor,
distantes como las ridículas postales de paisajes
tiernas respirando para luego confluir;
en tus brazos me declaro de nieve
si tú vienes de estío dibujado
redescubriendo historias de amor,
mi sensación la declaro al escucharte
otra amnesia, otra carta de amor al corazón
otra bala en las sienes,
pero mi capricho es el azar haciéndote de aire
de sonido con tu cuerpo
de la vida con su hermoso tapiz
que nos hace más humanos,
esa manera tuya caprichosa
que provoca en mi los sentimientos,
cuando de cualquier manera surgen
de ese lugar de ti que ya lo sabe,
y nos dice bajo un cielo distinto
que los rayos del sol nos queman
que los dedos de viento nos dejan espacio
para que ahora sí podamos vernos,
con otros diamantes con otras cenizas
sin apenas regresando...
tal vez no sea tan bueno
decirnos todo sin callarnos,
pero puede igualmente gustarnos.
Mi capricho es enredarme
como un insulto esplendido
a las zonas de tu cuerpo,
como si me abriera a un mundo nuevo
de espacios constantes de irracional belleza
y ser tuya en el paisaje, ligada, intempestiva
atrapada en la luz de tu vida, en la telaraña química
lúcida, donde se mueve tu cuerpo en mi.
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