La sucesión

Sabiendo que sabía tienes que subir.Todo parece bastante

desprovisto.No podrás retener,no podrán retenerte.

Es mi perfil marcado por mi mano.Con el cinto que enmarcas

tu figura te apretarán el cuello.En dos espacios,levantado

en ti mismo,ya no vez ni la sangre ni la luz.

Cortar lo quie es genuino.Sé como el tiempo,sin pensar que estás dentro

de él.El valor de la noche se escolta con tu sombra.



Te enterraré para que no crezcas.Sin apenas moverte darás sombra.

Vigila tu raíz,cualquier golpe ostinado de sus vástagos hacia el sur o hacia arriba.

Respira agua,"La vida la pujo contra mí"Tú también estás lejos.

¿Siempre tuviste esa entereza?

Lo que me dice el cielo en su retricción.Hace más daño

abandonar que permanecer.



Mientras tenga dudas no puedo despedirme y avanzar.

Por siempre a la interperie y siempre refugiándote.

¿Sobrepaso mi visión?Vengo del muro y voy al muro.

Recuerda lo que quieras que sea verdad.Vuelve al himno

del ojo.Dura la vida comprender,ahogada por un coágulo

de tu sangre.



Hay que ver quien arranca la piel más impasible.

¿Para protegerlos de algo destruido?

Lo que soy no significa más-se comunica por un sentido

que desconoce-No es tu vergüenza.Hay cosas que son más peculiares.

"Si un hombre no puede tomar un trago el día de un funeral

que sentido tiene vivir"



Quemada la mano de acariciar,al tragarlo destiérralo.

Cómo es que así perdidos y sin fe intercambiamos

nuestros restos.Mi mente se ha cascado,y parece que el cielo me persigue.

Condenados a tener dueño sin tenerlo,

no mezcles tu necesidad y tu creencia.Estás más abajo,

pero aún recibes lo mismo.



Cierra la mente,ensánchate bajo la piedra.Me doy la mano

y la otra que soy saca su corazón intacto-su vena vuela,sale de mí

y rodea mi cuello.De ella nace otra que llega abierta a mi

otra mano,pinzada por un utensilio de cirugía.El encaje de mi traje,

roto en el pecho,exhibe algo en disección.Enterrado en el lugar

donde cayó,uno aleja a quien no hiere.



Sobre la mansedumbre de la piel intuyo el latigazo en los cerebros,

el mundo que se abre,al tiempo que se agita en lo que no se ve.

Con supremo egoísmo procuras lo mejor a tu hijo,sin pensar

que es la forma que natura ha ideado para su propia trascendencia.

Que no hagan que tiembles las pasiones.Despojado y en ellas caminas

más seguro,como un cuerpo que mira su vestigio.¿Qué es la inteligencia?

Conducirlo todo en un gran fin,sin resartar los rasgos?

O padecer la fuerza del cerebro contra ti,contra la voluntad?

No escogemos.Las decisiones se nos revelan.

El hueco de la vida lo llenamos con paja que enciende

a cada momenteo.



El último sonido de un cuerpo por la tierra.Ya no requieren perder,

incluso lo que no se ha ganado.Recuperan el tiempo que vive

de su ahogo.Liban sangre podrida.Se desbancan.Me vuelvo al goce

roído de mi sangre.Hinchado de mi propio espírito,

la vida se me torna frágil y es fuerte la sombra que lo libra,

en esta lenta sucesión por la que estamos marcados,

identificados como el sexo entre las piernas.