La llama eterna
Es hora de cantar por los que vienen,
el cielo quede atrás con sus ministros,
con sus escombros ciegos, con sus tapias,
que aquí debo saltar por ser quien sigue.
Yo soy el que encontró bella la vida,
fragante el corazón y la pasión en llamas,
y amó y halló en los surcos mil recuerdos,
pero nunca olvidó que el brote crece para arriba.
Así de mi dolor creció esperanza,
paciencia en la opresión, fe del olvido
y un gran mesón de todos en las luchas compartidas.
Así me liberé de ser la pieza
que suma y suma vueltas al engrane,
la grieta mejor fui, la mano helada
que al alba levantó la flor del río,
la tierra por labrar, el cuerpo
herido o muerto, ya no sé, por las esperas incumplidas.
Con ellos, los caídos, aprendamos
que es siempre un surco el mar para las olas,
que es siempre un verde olear el de los días,
que es siempre amanecer el de los rectos,
que es siempre rectitud honrar el surco.
La madre libertad no dio a sus hijos
para que un tonto opresor les ponga sellos,
los guarde en almacenes o en usinas,
les grabe una consigna en los colegios.
Nacimos para amar, eso es seguro,
y amar al enemigo no es odiarlo,
es darle una razón para que entienda,
es darle una ocasión para que cambie,
es darle un simple adiós para que ya no nos moleste.
Hay tanto que aclarar en nuestra historia,
hay tanto que enmendar de mil errores,
no quiero yo decir que no erraremos,
pero hablo de mirar con humildad lo andado.
Es simple, gran señor, no tener nada,
lo han hecho mil millones de individuos,
de entre ellos simplemente porque ocurre
salieron artesanos y maestros,
poetas y pintores, carpinteros,
sin los que nada sería tan alegre,
sin los que todo acabaría en simple olvido.
Usted que tiene muchas veces no lo sabe,
pero sabe que no por ello el que no tiene
no averigua, no crece, no se ocupa
de su pueblo, o simplemente de agruparse
con todo el que lo aguarda cada noche.
No digo que el error tiene culpables,
sí digo el que no andar crea inconsciencia,
mecánicos ejércitos dormidos,
muñecos manejados por quien quiere.
Bendigo al que nació sólo por eso,
por atreverse a ver la luz y a darnos su alma,
no sólo palpitando entre la hierba,
más bien domando el fuego de los días.
Vendrán como han venido desde siempre,
hay sitio a cada cual sobre los campos,
es cosa de creer que somos bellos,
es cosa de encontrar el pozo de agua.
Yo escucho su rumor en cada pecho,
quién sabe cuánto río adentro nace,
vayamos en tal cauce hacia la vida,
un mar de eternidad canta el camino.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
14 05 13
Es hora de cantar por los que vienen,
el cielo quede atrás con sus ministros,
con sus escombros ciegos, con sus tapias,
que aquí debo saltar por ser quien sigue.
Yo soy el que encontró bella la vida,
fragante el corazón y la pasión en llamas,
y amó y halló en los surcos mil recuerdos,
pero nunca olvidó que el brote crece para arriba.
Así de mi dolor creció esperanza,
paciencia en la opresión, fe del olvido
y un gran mesón de todos en las luchas compartidas.
Así me liberé de ser la pieza
que suma y suma vueltas al engrane,
la grieta mejor fui, la mano helada
que al alba levantó la flor del río,
la tierra por labrar, el cuerpo
herido o muerto, ya no sé, por las esperas incumplidas.
Con ellos, los caídos, aprendamos
que es siempre un surco el mar para las olas,
que es siempre un verde olear el de los días,
que es siempre amanecer el de los rectos,
que es siempre rectitud honrar el surco.
La madre libertad no dio a sus hijos
para que un tonto opresor les ponga sellos,
los guarde en almacenes o en usinas,
les grabe una consigna en los colegios.
Nacimos para amar, eso es seguro,
y amar al enemigo no es odiarlo,
es darle una razón para que entienda,
es darle una ocasión para que cambie,
es darle un simple adiós para que ya no nos moleste.
Hay tanto que aclarar en nuestra historia,
hay tanto que enmendar de mil errores,
no quiero yo decir que no erraremos,
pero hablo de mirar con humildad lo andado.
Es simple, gran señor, no tener nada,
lo han hecho mil millones de individuos,
de entre ellos simplemente porque ocurre
salieron artesanos y maestros,
poetas y pintores, carpinteros,
sin los que nada sería tan alegre,
sin los que todo acabaría en simple olvido.
Usted que tiene muchas veces no lo sabe,
pero sabe que no por ello el que no tiene
no averigua, no crece, no se ocupa
de su pueblo, o simplemente de agruparse
con todo el que lo aguarda cada noche.
No digo que el error tiene culpables,
sí digo el que no andar crea inconsciencia,
mecánicos ejércitos dormidos,
muñecos manejados por quien quiere.
Bendigo al que nació sólo por eso,
por atreverse a ver la luz y a darnos su alma,
no sólo palpitando entre la hierba,
más bien domando el fuego de los días.
Vendrán como han venido desde siempre,
hay sitio a cada cual sobre los campos,
es cosa de creer que somos bellos,
es cosa de encontrar el pozo de agua.
Yo escucho su rumor en cada pecho,
quién sabe cuánto río adentro nace,
vayamos en tal cauce hacia la vida,
un mar de eternidad canta el camino.
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14 05 13
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