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por Recaredo Dom Mayo 12, 2013 5:49 am[b]Otro fragmento más; y ya van XIX. Por favor leed los anteriores.
XIX
A sangre y fuego, si fuera preciso,
y, llegado el momento, habréis de saber
morir por vuestra causa con honor.
Mas, llevad cuidado; hermanos míos.
Pues, si la lucha suele ennoblecer al
hombre; el asesinato lo denigra.
Por eso, tened siempre presente que,
no hay causa en el mundo que justifique
derramar por ella una sola gota
de sangre inocente.
Así que, cuando la venganza grite
en vuestros pechos no la escuchéis;
no es buena consejera.
En cambio, siempre os será favorable
a vuestra causa la clemencia.
¡Oh hombres! Pensad que vuestro problema
arranca de muy antiguo. ¡Hora es ya de
que empecéis a cambiar la percepción
del mundo!
Sabed que, nadie vendrá a solucionar
ninguno de vuestros problemas, desde
un exterior, quizá inexistente.
La verdad está en vosotros mismos.
Buscadla concienzudamente, para
que nadie diga haberla hallado antes por
vosotros, y así pueda acomodarla
a sus propios intereses.
Sabed que los antiguos se inventaron
muchísimas mentiras, que, a fuerza de
repetirlas, hasta ellos mismos se las
creyeron.
Vosotros habréis de depositar la
fe en la razón; ésta os revelará
mañana los misterios que hoy aún
permanecen ocultos.
XIX
A sangre y fuego, si fuera preciso,
y, llegado el momento, habréis de saber
morir por vuestra causa con honor.
Mas, llevad cuidado; hermanos míos.
Pues, si la lucha suele ennoblecer al
hombre; el asesinato lo denigra.
Por eso, tened siempre presente que,
no hay causa en el mundo que justifique
derramar por ella una sola gota
de sangre inocente.
Así que, cuando la venganza grite
en vuestros pechos no la escuchéis;
no es buena consejera.
En cambio, siempre os será favorable
a vuestra causa la clemencia.
¡Oh hombres! Pensad que vuestro problema
arranca de muy antiguo. ¡Hora es ya de
que empecéis a cambiar la percepción
del mundo!
Sabed que, nadie vendrá a solucionar
ninguno de vuestros problemas, desde
un exterior, quizá inexistente.
La verdad está en vosotros mismos.
Buscadla concienzudamente, para
que nadie diga haberla hallado antes por
vosotros, y así pueda acomodarla
a sus propios intereses.
Sabed que los antiguos se inventaron
muchísimas mentiras, que, a fuerza de
repetirlas, hasta ellos mismos se las
creyeron.
Vosotros habréis de depositar la
fe en la razón; ésta os revelará
mañana los misterios que hoy aún
permanecen ocultos.
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