Hasta que la vida nos separa

Hasta que la vida nos separa

Esa única noche que el sol ha tenido,
hubo de gozarla, cual yo tu vestido,
después la mañana con su serio traje
y hace cada uno sus planes de viaje,
él a alguna esquina o al fuego otoñal,
ella a su piscina con su lacrimal,
las vidas fascinan hasta que se pierden,
luego es raro que amen, canten o recuerden,
así son las bodas de los miserables,
que en eso se vuelven tras ser adorables,
tras darse al abrazo, al amor, al regreso
y luego a olvidarse negando hasta el beso,
así son las vidas que apartan sus potros
en tuyos y en míos, pues ya no hay nosotros,
en cierre y candado, pues caen los puentes
y los que se amaron se vuelven ausentes,
la única noche es pues la que se parte
y el resto del tiempo ya es punto y aparte,
ni luna ni señas del sol en el cielo,
las calles se llenan de ruina y desvelo,
mañana, señores, no busquen más calma,
hoy día era el día, ya luego no hay alma,
sí fuegos, retazos, pedazos de flores
y en plena avenida sin piel los amores,
sin dudas, sin credo, sin fe ni destino,
no empieces, no vuelvas, bebido está el vino
y la boca yace sin rictus ni labios,
la vida es palabra cargada de agravios,
me voy, ya me duermo, no vengas a verme,
los sueños ya escapan y mi mano duerme,
te amé, nos casamos, la fiesta se acaba,
te vas, ya amanece, se lleva la lava
tu anillo, mi mano, los dedos del guante,
no habrá ya guitarras, ni pie que adelante,
es todo, me marcho, campanas regresan,
es duelo, no es boda, y eso hasta que cesan.

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08 04 13