de entre mi oscuridad
brotó esta tacita humedad
que ahora escapa con él.
Ahí; donde lo encuentro todo
hay una luna rabiosa que se corre
tras las cortinas de la lluvia.
Y si hubíera, y sí hallara
Observador…
Yo entraría a su cuarto
y debajo suyo
le ofrecería un segundo beso
mientras lo desnudo.
En la hora justa de los males
la arena come y se hierve
en ambas manos.
En la habitación dispersa mi nombre,
sobre la piel enrojecida,
se hallan, se miran
y rozan la noche en la que aquel silencio nunca volvió.
Tan lejos de la muerte.
Ahí; atado
Yo le consumí.
Lara Bazaldúa.
Indautor 2013.
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