Décimas para pensar
Pensar es lo más difícil,
es algo que nunca cesa,
no paran en la cabeza
las nubes de calma o crisis.
No bastan Moisés con Isis,
cada cual busca el sendero
y revuelve en el sesero
vivencias y sensaciones,
así elucubra razones
y una luz en el tintero.
A veces nada es por gusto,
la idea viene de pronto,
una palabra, un raconto,
una alegría o un susto.
A veces causa disgusto
darle vueltas sin final,
son mil vetas de cristal
las cosas que contemplamos
y a veces rotos nos vamos
y sin ninguna señal.
Otras en cambio son rumbos
que se eligen ante un tema,
algo pasa que nos quema,
y a pensar por no dar tumbos.
Nos remecen los retumbos
de algún drama o desafío,
de cómo cruzar un rio,
de cómo aclarar el mapa
y en la mente nada escapa
para hacer frente al vacío.
Si hasta en las penas de amor
corazón y sesos pugnan,
uno y el otro propugnan
variantes para el dolor.
En uno basta una flor,
en otro dejar la espina,
uno sueña, otro camina
y a ratos logran acuerdo,
si es un beso o un recuerdo
la disputa así termina.
Así pues hay que pensarlo,
cómo queremos vivir,
de rodillas, sin reír
o con tiempo para honrarlo.
Para ser no basta hablarlo,
además hay que abrir sendas,
no dormirse entre las vendas,
no quedarse en respirar,
y si es nuestra idea amar
también es de que lo aprendas.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
28 02 13
Pensar es lo más difícil,
es algo que nunca cesa,
no paran en la cabeza
las nubes de calma o crisis.
No bastan Moisés con Isis,
cada cual busca el sendero
y revuelve en el sesero
vivencias y sensaciones,
así elucubra razones
y una luz en el tintero.
A veces nada es por gusto,
la idea viene de pronto,
una palabra, un raconto,
una alegría o un susto.
A veces causa disgusto
darle vueltas sin final,
son mil vetas de cristal
las cosas que contemplamos
y a veces rotos nos vamos
y sin ninguna señal.
Otras en cambio son rumbos
que se eligen ante un tema,
algo pasa que nos quema,
y a pensar por no dar tumbos.
Nos remecen los retumbos
de algún drama o desafío,
de cómo cruzar un rio,
de cómo aclarar el mapa
y en la mente nada escapa
para hacer frente al vacío.
Si hasta en las penas de amor
corazón y sesos pugnan,
uno y el otro propugnan
variantes para el dolor.
En uno basta una flor,
en otro dejar la espina,
uno sueña, otro camina
y a ratos logran acuerdo,
si es un beso o un recuerdo
la disputa así termina.
Así pues hay que pensarlo,
cómo queremos vivir,
de rodillas, sin reír
o con tiempo para honrarlo.
Para ser no basta hablarlo,
además hay que abrir sendas,
no dormirse entre las vendas,
no quedarse en respirar,
y si es nuestra idea amar
también es de que lo aprendas.
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28 02 13
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