De no tenerte así
¿a quién tendría?
sería cada mañana
solitaria,
no llegaría hasta mí
la melodía
que llena mi jardín
de trinitarias.
Serían mis madrugadas
como tantas
tapándome del frío
bajo las sábanas.
De no tenerte así
para abrazarme
con este gélido aire
que me arropa,
yo no podría sentir
en tu silencio
la calma para mi alma
tormentosa,
ni luego ver salir
con alegría
el sol tras de mis valles
Vida Mía,
ni oler a miel las rosas
en su talle,
ni el baile musical
de los follajes.
De no tenerte así,
siempre a mi lado,
no sabría disfrutar
de Tus cuidados,
ni podría percibir
en la distancia
del cálido jazmín
esa fragancia.
Pero te tengo aquí,
maravilloso,
con esta madrugada
susurrante,
eres Tú, mi Señor,
mi acompañante,
y tengo el privilegio
de escucharte.
Estás en ese canto
que despierta
el gallo en su garganta,
en el ladrido
del perro ante mi puerta,
en el zumbido
de mil abejas, junto
a mi ventana,
estás en ese aroma
de este café en mi taza,
estás en esa estampa
que se asoma,
en el goteo del agua
en los cristales
corriendo su pasear
de ventanales,
y has puesto Tú este lápiz
en mis manos
para escribirte hoy
porque te amo.
De no tenerte aquí
yo no tendría
a nadie para amar.
Porque te tengo
obtengo Tu trinar
Mañana Mía.
¿a quién tendría?
sería cada mañana
solitaria,
no llegaría hasta mí
la melodía
que llena mi jardín
de trinitarias.
Serían mis madrugadas
como tantas
tapándome del frío
bajo las sábanas.
De no tenerte así
para abrazarme
con este gélido aire
que me arropa,
yo no podría sentir
en tu silencio
la calma para mi alma
tormentosa,
ni luego ver salir
con alegría
el sol tras de mis valles
Vida Mía,
ni oler a miel las rosas
en su talle,
ni el baile musical
de los follajes.
De no tenerte así,
siempre a mi lado,
no sabría disfrutar
de Tus cuidados,
ni podría percibir
en la distancia
del cálido jazmín
esa fragancia.
Pero te tengo aquí,
maravilloso,
con esta madrugada
susurrante,
eres Tú, mi Señor,
mi acompañante,
y tengo el privilegio
de escucharte.
Estás en ese canto
que despierta
el gallo en su garganta,
en el ladrido
del perro ante mi puerta,
en el zumbido
de mil abejas, junto
a mi ventana,
estás en ese aroma
de este café en mi taza,
estás en esa estampa
que se asoma,
en el goteo del agua
en los cristales
corriendo su pasear
de ventanales,
y has puesto Tú este lápiz
en mis manos
para escribirte hoy
porque te amo.
De no tenerte aquí
yo no tendría
a nadie para amar.
Porque te tengo
obtengo Tu trinar
Mañana Mía.
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