Con la herida en el rostro

Con la herida en el rostro

Con la herida en el rostro me recibes,
un tajo horizontal lo descalabra,
lo surcan carnes rojas en que labra
tu ser esa razón por la que vives.

Allí, pese al dolor, nunca te inhibes,
sí puede que un temblor te inunde y la abra,
que brote por sanar tu abracadabra,
que eches afuera el pacto que concibes.

Te miro solidario y me prohíbes
ese miedo que a veces me apalabra,
ese vagar que a zánganos prescribes.

Te abrazo y sólo espero que se entreabra
la herida de tu boca en que me inscribes
por fiel y admirador de tu palabra.

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26 12 12