Últimas imágenes
Conectarse
por A veces los ojos se ciegan de tal modo que nos perdemos de cosas que la vida nos regala. Te sigo leyendo.
Conectarse
Últimos temas
Temas similares
Los posteadores más activos de la semana
| No hay usuarios |
¿Quién está en línea?
En total hay 17 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 17 Invitados :: 1 Motor de búsqueda
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 125 durante el Dom Oct 30, 2011 8:57 pm
Argumentos más vistos
Temas más activos
Los posteadores más activos del mes
Buscar
Bookmarking social
Conserva y comparte la dirección de Café Poético en tu sitio de bookmarking social
Conserva y comparte la dirección de Foro Café Poético en tu sitio de bookmarking social
Flujo 
Palabras claves
2 participantes
Cuando no se quiere ver...
kaina- Admin de café poético
Mensajes : 7301
Fecha de inscripción : 14/12/2009
Localización : buenos aires
Humor : Siempre positiva
_________________
KAÍNA.
Matilde Maisonnave- Mensajes : 267
Fecha de inscripción : 22/11/2012
Localización : Mar del Plata. Argentina
Cuando no se quiere ver…
Cuántas vetas de alabastro pululando;
cuántos vidrios clavados en mandíbulas.
Es notorio al fin ser la medusa
que suave se desliza, blanca espuma
son perlas de la boca, ser premisa;
sin sapiencia de reales atavismos
mudos signos, caracola del oído
rompiéndose desgrana su amargura,
son los roles que adjetivos persuasivos
engalanan la vista del obtuso.
Sangriento rostro aterra ¡Ay, la bestia!
honorable dignataria; atrevimiento
osando transferir cruel ornamento
al ofidio mandatario, marioneta,
por elección, divina selección;
fluido del empobrecido elemento,
¡No, niéguese tal fundamento!
Vuelen buitres a los ojos.
Bellos minerales… un día.
Ya no hay sol en el útero, ni arriba.
Matilde Maisonnave
Cuántas vetas de alabastro pululando;
cuántos vidrios clavados en mandíbulas.
Es notorio al fin ser la medusa
que suave se desliza, blanca espuma
son perlas de la boca, ser premisa;
sin sapiencia de reales atavismos
mudos signos, caracola del oído
rompiéndose desgrana su amargura,
son los roles que adjetivos persuasivos
engalanan la vista del obtuso.
Sangriento rostro aterra ¡Ay, la bestia!
honorable dignataria; atrevimiento
osando transferir cruel ornamento
al ofidio mandatario, marioneta,
por elección, divina selección;
fluido del empobrecido elemento,
¡No, niéguese tal fundamento!
Vuelen buitres a los ojos.
Bellos minerales… un día.
Ya no hay sol en el útero, ni arriba.
Matilde Maisonnave
Temas similares
|
|
|
» Desde la ventana
» Por qué, la guerra?
» Tu cuerpo se desviste...
» Déjame unir mi mano con la tuya...
» Tu rostro...
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
» Mi ciudad
» Mujer -reclamo tus rosas-