Resguardo hacia el anochecer

Mundo que baña a tientas la undosa y prístina sílaba del llanto
donde el dosel que aclara la espuma en mi albedrío
es el descuello en la figura y nieve que en el brío
aletarga la sonorosa distinción de la diadema…

Soberbia puntuación que sobre el valle de las ascuas anota
su persona desigual, y llanto poderoso
que procela verde mar y océano vistoso
de leguas y de cantos fervorosos y nítidos…

Abreva de Castalias aguas su tenor y brava al monte
su letargo es una flor
y distinta la mañana,

su celada aurora sueña sü cuna tëmplada
y risas avergüenzan la víspera soñada…

Desnuda, bajo flor, incorpora en el navío su bandera errante,
y su lluvia equidistante promete la palabra

de un eco que se admïra, y luce cual clepsidra presagiante
su bóveda luctuosa itinerante, sombría…

Negada aurora es peña a su rostro, su carbunclo
en el mar que a su fïebre trastoca en el oído

y se evade la sonata que en el río
lamenta de su cal desnuda verse aviesa…

Soñada en estupor abruma aquí en la tea
de la luna la mística tarëa
que en su fragua al soliloquio pernocta y es amague
la perfecta desunión del canto süave…

Derroche en senectud, vuelve a la vida
espectro evade su partida,
y se vuelve queda la espada de la aurora,
donde ciega su ilusión, tenora, tenora.

Rocín que no cabalga ya las horas más bravías
del lecho acongojado y sublime tras la tënue brisa

de un soneto que descalzo, irradia al verso ya la prisa

del eco sulfurado y estoico de la nieve.

Romero es a su flor la bandada del crepúsculo sombrío
negado es al ardor caliginoso cual un brío,
soñado cual el lecho, cual el alba, cual el sueño

intrínseco murmurador de la serrana noche
donde un pájaro medido
es el solsticio del verbo que repara mi medida

cual árdua gota, cual vello, cual espada

de su función, mi bienamada

y en lecho aspira y luego se retira
a desnudar el alma y contagiar su albura.

Desïerto que flaquea en sutil noche,
espurio soñador, verde fantoche.

En poesía toda la dialéctica es propicia, un poema siempre es una razón de ser de su autor su obra.
Precioso. Un abrazo.

Muchas gracias, Leyre!!!!! Un abrazo enorme, amiga!!!!!

Besos!!!!

Ale

Alboradas de mares verdes y trinares, plenitud que no quiere evadirse.
Ya no es igual que antes, el tiempo se descuelga con sus ocres.
El crepúsculo llega, con deseos de ver a la amada y reclinar el amor en su belleza. Afuera la noche y sus fantasmas...
¡Leo y escarbo en tus metáforas increíbles!

¡Abrazos desde mi bosque amigo Ale y genial poeta!

Muchas gracias, Matilde!!!! Un abrazo grande, Poetisa bella!!!!!