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por Oscar64 Miér Sep 05, 2012 5:39 pmCanción del hombre solitario
Un poco como resfriándome,
de la villa lateral un tanto ciego,
seguro de esternón, feliz de ombligo,
un pie en cada zapato y limpio el torso,
así camino yo, tiempo preciso tengo
para arar esta ciudad de boca hambrienta y fría,
para reír y amar sin soledades ni escrutinios,
sino con batallones de espuma bajo el pecho.
Así les canto yo, más cabizbajo
que cuando niño el mar me hizo pequeño,
que cuando joven ella me hizo un hombre,
que cuando viejo amar me habló de tantas decepciones.
Guerrero familiar, simple vecino
de rosa y tiburón, de gentes que se duermen
rumbo al trabajo, detrás del escritorio
o en el seguro lecho de sus sueños bien guardados,
eso soy yo en los tribunales cada día,
el testigo, el vengador, el acusado de estoicismo,
de andar hasta volver al mismo punto de partida,
de no andar hasta llegar al portal mismo del misterio.
La tierra es familiar para mis palmas agrietadas,
la nube para el pie que en cada charco la penetra
y el hombre, el gran eterno, para mis poros perfumados
de guerra y soledad, de amor y espina aguda.
Con todo, pues, y todos, yo marcho a la lujuria
del sol que pare el monte y que seduce a la mañana
hasta llevársela a su lecho bajo la espuma submarina.
Por eso el pez es mudo, porque conoce el otro lado de la luz solar
y cae alegremente entre las redes pues ya es sabio.
Por eso el viejo mar murmura un canto adormecido,
porque le toca no dormir cuando hay orgasmo en las honduras
y en el coral el arcoíris disimula su agonía
con brochazos de color entre las células lascivas..
Por eso yo me sueno con la verdad recién abierta
y se las dejo aquí caer como un piano hecho de seda,
escuchen los que quieran la eternidad de sus orugas,
yo debo dormir ya, la fiebre vuelve y sólo soy un solitario.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
02 09 12
Un poco como resfriándome,
de la villa lateral un tanto ciego,
seguro de esternón, feliz de ombligo,
un pie en cada zapato y limpio el torso,
así camino yo, tiempo preciso tengo
para arar esta ciudad de boca hambrienta y fría,
para reír y amar sin soledades ni escrutinios,
sino con batallones de espuma bajo el pecho.
Así les canto yo, más cabizbajo
que cuando niño el mar me hizo pequeño,
que cuando joven ella me hizo un hombre,
que cuando viejo amar me habló de tantas decepciones.
Guerrero familiar, simple vecino
de rosa y tiburón, de gentes que se duermen
rumbo al trabajo, detrás del escritorio
o en el seguro lecho de sus sueños bien guardados,
eso soy yo en los tribunales cada día,
el testigo, el vengador, el acusado de estoicismo,
de andar hasta volver al mismo punto de partida,
de no andar hasta llegar al portal mismo del misterio.
La tierra es familiar para mis palmas agrietadas,
la nube para el pie que en cada charco la penetra
y el hombre, el gran eterno, para mis poros perfumados
de guerra y soledad, de amor y espina aguda.
Con todo, pues, y todos, yo marcho a la lujuria
del sol que pare el monte y que seduce a la mañana
hasta llevársela a su lecho bajo la espuma submarina.
Por eso el pez es mudo, porque conoce el otro lado de la luz solar
y cae alegremente entre las redes pues ya es sabio.
Por eso el viejo mar murmura un canto adormecido,
porque le toca no dormir cuando hay orgasmo en las honduras
y en el coral el arcoíris disimula su agonía
con brochazos de color entre las células lascivas..
Por eso yo me sueno con la verdad recién abierta
y se las dejo aquí caer como un piano hecho de seda,
escuchen los que quieran la eternidad de sus orugas,
yo debo dormir ya, la fiebre vuelve y sólo soy un solitario.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
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