Creo que ya es tiempo de que te enteres; de hecho, creo que es tiempo de que yo mismo me entere.
Cuando todo aquello comenzó, yo apenas rozaba los cincuenta y seis días de vida; claro, estaba en pañales, pero paradoja de las paradojas: la mayoría de nosotros estaba en pañales; los chicos, los grandes, los viejos: Todos.
Tenés que saber, que por esos días un grupo de hijos de puta (perdón hijo; un grupo de malas personas) gobernaba nuestros rumbos, la economía y hasta cierto punto nuestro modo de vivir y por otro lado; otro grupo de hijos de puta (perdón hijo, comunicadores sociales les llaman: periodistas para sintetizar) escribían con ínfulas y hablaban no con menos pompas de lo bien que hacíamos en ir a una guerra que aquellos tipos, sabían perdida de antemano.
Yo sé que para vos treinta años es un montón de tiempo y de hecho lo es y también pensaras como cualquier persona con sentido común, que un grupo de muchachitos, no mucho más grandes que vos, no tenían muchas chances de éxito, frente a militares entrenados y preparados para la guerra.
Si, ya sé que es una locura hijo; pero es nuestra historia, de las más recientes y las que más a fuego nos ha marcado.
Vos sabes bien; en realidad no sabes, porque vos no tenes rencores ni odio yo lo sé, me lo dicen tus ojitos y tus mejillas regordetas que heredaste de mí.
Pero qué triste es ver hoy en esas imágenes de archivo, a todos los viejos, los chicos, los medianos; todos juntos en aquella plaza, con la celeste y blanca flameando, ciegos de no querer ver o ciegos viendo que es mucho peor; desconociendo o conociendo y cerrando el culo (perdón hijo; cerrando la boca), la barbarie que se iba a suceder en los días siguientes.
Los diarios mentían sabes? Claro, vos me vas a decir que hoy también mienten… y tenes razón!
Los periodistas hablaban para proteger a los poderosos sabes? Claro, vos me vas a decir que hoy también protegen a los poderosos…..y tenes razón!
Los de verde, esos generaluchos de octava, mandaron a los pibes allá, para tapar la cantidad de quilombos y de secuestros y de muertos que ya habían causado, por aquella excusa de combatir a los zurdos que se venían en malón sabes? Claro, vos me vas a decir que hoy no son los generaluchos de verde, sino las grandes corporaciones, los grandes negocios, los que nos matan con la ignorancia y con la exclusión… y tenes razón!
Yo te escribo esta carta para enterarme hijito mío, guacho, pendejo hermoso…
Que la historia es un círculo viscoso; que la mierda (perdón por la palabra, pero no encuentro algún sinónimo para decirte esto) en el país no se erradica aun…
Para enterarme que todo se repite; que quizás cambian los rostros pero las ideas que nos destruyen siguen intactas….
Yo quería contarte, pero que carajo te puedo contar? Si vos estas volviendo a sentir con tus diáfanos diez añitos; lo que nos viene jodiendo desde hace muchos años atrás.
Que horrible debe ser vivir con el odio en los omóplatos…
Yo te pido que no odies, pero que te acuerdes… Que no odies, pero que putees bien fuerte…
Yo te pido que lo hagas canción o cuentito o poesía, pero que no te olvides.
Porque nosotros somos lo que nos pasó, somos aquello que nos hizo lo que somos hoy.
Porque nosotros somos la memoria de nosotros mismos.
Porque vos sos mi memoria y viceversa; por eso es que no lo podemos dejar pasar.
Yo te pido que ames, que cantes, que bailes, que juegues…
Pero por favor… no te olvides…
y no permitas que
me olvide de Recordar…
Cuando todo aquello comenzó, yo apenas rozaba los cincuenta y seis días de vida; claro, estaba en pañales, pero paradoja de las paradojas: la mayoría de nosotros estaba en pañales; los chicos, los grandes, los viejos: Todos.
Tenés que saber, que por esos días un grupo de hijos de puta (perdón hijo; un grupo de malas personas) gobernaba nuestros rumbos, la economía y hasta cierto punto nuestro modo de vivir y por otro lado; otro grupo de hijos de puta (perdón hijo, comunicadores sociales les llaman: periodistas para sintetizar) escribían con ínfulas y hablaban no con menos pompas de lo bien que hacíamos en ir a una guerra que aquellos tipos, sabían perdida de antemano.
Yo sé que para vos treinta años es un montón de tiempo y de hecho lo es y también pensaras como cualquier persona con sentido común, que un grupo de muchachitos, no mucho más grandes que vos, no tenían muchas chances de éxito, frente a militares entrenados y preparados para la guerra.
Si, ya sé que es una locura hijo; pero es nuestra historia, de las más recientes y las que más a fuego nos ha marcado.
Vos sabes bien; en realidad no sabes, porque vos no tenes rencores ni odio yo lo sé, me lo dicen tus ojitos y tus mejillas regordetas que heredaste de mí.
Pero qué triste es ver hoy en esas imágenes de archivo, a todos los viejos, los chicos, los medianos; todos juntos en aquella plaza, con la celeste y blanca flameando, ciegos de no querer ver o ciegos viendo que es mucho peor; desconociendo o conociendo y cerrando el culo (perdón hijo; cerrando la boca), la barbarie que se iba a suceder en los días siguientes.
Los diarios mentían sabes? Claro, vos me vas a decir que hoy también mienten… y tenes razón!
Los periodistas hablaban para proteger a los poderosos sabes? Claro, vos me vas a decir que hoy también protegen a los poderosos…..y tenes razón!
Los de verde, esos generaluchos de octava, mandaron a los pibes allá, para tapar la cantidad de quilombos y de secuestros y de muertos que ya habían causado, por aquella excusa de combatir a los zurdos que se venían en malón sabes? Claro, vos me vas a decir que hoy no son los generaluchos de verde, sino las grandes corporaciones, los grandes negocios, los que nos matan con la ignorancia y con la exclusión… y tenes razón!
Yo te escribo esta carta para enterarme hijito mío, guacho, pendejo hermoso…
Que la historia es un círculo viscoso; que la mierda (perdón por la palabra, pero no encuentro algún sinónimo para decirte esto) en el país no se erradica aun…
Para enterarme que todo se repite; que quizás cambian los rostros pero las ideas que nos destruyen siguen intactas….
Yo quería contarte, pero que carajo te puedo contar? Si vos estas volviendo a sentir con tus diáfanos diez añitos; lo que nos viene jodiendo desde hace muchos años atrás.
Que horrible debe ser vivir con el odio en los omóplatos…
Yo te pido que no odies, pero que te acuerdes… Que no odies, pero que putees bien fuerte…
Yo te pido que lo hagas canción o cuentito o poesía, pero que no te olvides.
Porque nosotros somos lo que nos pasó, somos aquello que nos hizo lo que somos hoy.
Porque nosotros somos la memoria de nosotros mismos.
Porque vos sos mi memoria y viceversa; por eso es que no lo podemos dejar pasar.
Yo te pido que ames, que cantes, que bailes, que juegues…
Pero por favor… no te olvides…
y no permitas que
me olvide de Recordar…
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