No supe dónde llegué

No supe dónde llegué.

Vi tus ojos
y se me nubló el tiempo.

Desde entonces
nunca otro amanecer.

Creí tener alas alguna vez.

Y mi esperanza bebió
aquellas aguas dulces de tu bienestar
y tu sonrisa.

Pero desde entonces
no he vuelto a ver el día

no he vuelto a ver la noche,

ó tal vez
creí que todo
fue una noche eterna…

Pero en mi corazón laten
tus latidos refugiados en mi alma

con la misma candidez

que aquella melancolía

que se apoderó de mis sentidos…

Tal vez esté equivocado,

pero fue muy fuerte la alegría de quererte

un solo instante,

una sola Misa,
la segunda

que me llevó a tus pies

y hasta tus ojos,

Oh tus ojos

esos que te hacían

una flor blanca de campo

una florcita
cobijada en tu sorpresa

tal vez cuando te pedí

ese beso en la mejilla

y me lo diste,

cuando se ruborizó

Cristo?


Pero apenas comenzaba a anhelarte

apenas comenzó
mi travesía

y de noche y de día

mis ojos fueron a buscarte

y el silencio de mi alma…

y el silencio de mi alma

te encontró
en la eternidad

de lo intangible,

de la ausencia provocada

por las estrellas

y aquella que me llevó

hasta tu morada

cuando el alba me besó en la frente

y mis días comenzaron a ser tuyos.


Esperaré que me remonten las palomas.
Esperaré los besos de la tierra.
Esperaré del Tiempo su muda armonía.
Mis labios, fueron tuyos en el templo.
El templo de tus labios es del Cielo.

Intenso poeta, tomar fundamento en el camino es asentarse.
Abrazos Ale.

Muchas gracias Leyre!!!!! Un abrazo graande!!!!! Los quiero mucho!!!!!

Un bonito poema que nos llena de bendiciones, estimado poeta.

mi saludo afectuoso

Muchas gracias, Mariluz!!!! Un abrazo!!!!!