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por Jesús Alexandro Jue Dic 08, 2011 2:10 pmI
Muestra su hombría siempre
también cuando está abajo, o en la lluvia sin abrigo
no nada más para penetrar.
Usa el peso de su puño y su agresividad
cuando la vida lo pide
cuando lo invoca la tierra
cuando el cielo lo reclama
no aplasta al débil ni al herido
puesto que eso es de hienas y buitres.
II
Es valiente en todo
por eso no le teme al amor;
ni al amor de una mujer, ni al de un hombre.
No les escribe poemas a las mujeres
ni les canta
para que lo volteen a ver;
pues el varón que ellas ven en sus ojos y pasos
las enamora,
y aunque muchas se enamoren
nada más ama a una
porque un hombre es fiel a todo
también al amor.
III
Aunque esté rodeado de personas
se basta por si solo
por eso no necesita ser sumiso e hipócrita.
IV
Sus palabras no intentan comer a otras
sino nutrirlas.
No habla de más
pues todo lo que hace, habla por él.
Y es tan seguro de si mismo
que no teme que alguien llegue más arriba.
V
No es prejuicioso con nadie
pues el nunca se prejuzga.
Aunque no sepa que es sabio, lo es
ya que escucha por igual a un niño que a un anciano.
VI
A todo mundo mira a los ojos;
al pobre, porque no lo ve como pobre
al poderoso, porque no le intimida su poder.
Agacha la cabeza y pide perdón
cuando falla como hombre.
VII
Le llaman “hombre”
tanto descalzo como con zapatos de oro.
VIII
Vive conforme a su propia felicidad
sin importar que le cuestionen
no por falta de respeto a los demás
sino porque no puede ir en contra de lo que le dicta el alma.
IX
Ve la grandeza en los demás
porque la grandeza de él le prohíbe ser petulante.
X
No nada más vive para él;
está dispuesto a dar su vida por otras vidas.
Muestra su hombría siempre
también cuando está abajo, o en la lluvia sin abrigo
no nada más para penetrar.
Usa el peso de su puño y su agresividad
cuando la vida lo pide
cuando lo invoca la tierra
cuando el cielo lo reclama
no aplasta al débil ni al herido
puesto que eso es de hienas y buitres.
II
Es valiente en todo
por eso no le teme al amor;
ni al amor de una mujer, ni al de un hombre.
No les escribe poemas a las mujeres
ni les canta
para que lo volteen a ver;
pues el varón que ellas ven en sus ojos y pasos
las enamora,
y aunque muchas se enamoren
nada más ama a una
porque un hombre es fiel a todo
también al amor.
III
Aunque esté rodeado de personas
se basta por si solo
por eso no necesita ser sumiso e hipócrita.
IV
Sus palabras no intentan comer a otras
sino nutrirlas.
No habla de más
pues todo lo que hace, habla por él.
Y es tan seguro de si mismo
que no teme que alguien llegue más arriba.
V
No es prejuicioso con nadie
pues el nunca se prejuzga.
Aunque no sepa que es sabio, lo es
ya que escucha por igual a un niño que a un anciano.
VI
A todo mundo mira a los ojos;
al pobre, porque no lo ve como pobre
al poderoso, porque no le intimida su poder.
Agacha la cabeza y pide perdón
cuando falla como hombre.
VII
Le llaman “hombre”
tanto descalzo como con zapatos de oro.
VIII
Vive conforme a su propia felicidad
sin importar que le cuestionen
no por falta de respeto a los demás
sino porque no puede ir en contra de lo que le dicta el alma.
IX
Ve la grandeza en los demás
porque la grandeza de él le prohíbe ser petulante.
X
No nada más vive para él;
está dispuesto a dar su vida por otras vidas.
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