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por Sandalias de césped donde tu lentitud lejana
abría la penumbra seca de mis grillos tenues
y donde la escarcha sedienta de tu brío, ocultaba los matices
sedientos de tu voluble estrella sin razón apagada en los confines;
sedienta escarcha que disolvía la locura
antes de ver el racimo de tu vientre
herido de substancias presagiantes, cual un nombre
disuelto en tu regazo
austero aliento de mi conformidad
diluida en tu silencio.
Dosel que cauto agrupas en tus dedos
Septiembres anudados del sigilo de tus besos tan floridos
engarzados a la orilla del viento
cual elude un solo aroma
la vituperante estima de un silencio profano
en la huella de tu aliento…
Conformidad que cual un brote de perdida estrella
serafín de escoplo dulce ante el pájaro florido
resume el bien habido cauce de soñadora estrella
alentadora y sofocante como tu perpetuidad acongojada
en el desnudo trance de mi igualitaria y trasandina esbeltez
que soñaba y respiraba y suspiraba tu perfume.
Cual muda gota sembrando de luna los trigales sobrios
de mi mudez abríase el asfalto humedecido
bajo el cielo de luces,
entretejido aroma de silbados astros
y néctar de manantiales ebrios de tu cintura
ebrios de tu voz
ebrios de tu silencio
de tus palabras
de tus actos.
Cual tibia golondrina, asíase en la bruma mi pie veloz
cual aérea sonrisa tras el letargo de tu húmeda simiente
soslayando la bandada etérea de grillos y centellas invisibles
que al nudo de los cantos de un poeta ruin
encontrábase despierto cual pasajero aroma
de una flor que se entreabría
entre tus manos…
…Cual comienza la nevisca a disipar el aliento de las rocas
tomaba yo tu mano
y entre las febriles notas de una asidua noche bella
acentuaba el despertar del alba
entre tus labios dulces,
cual metáfora predilecta de tus años
que hurté de tu mirada sombría
y apenas desnudaba tu deidad
que hablaba por tus ojos de añoranza
aclimatada
de beldad abrumadora.
abría la penumbra seca de mis grillos tenues
y donde la escarcha sedienta de tu brío, ocultaba los matices
sedientos de tu voluble estrella sin razón apagada en los confines;
sedienta escarcha que disolvía la locura
antes de ver el racimo de tu vientre
herido de substancias presagiantes, cual un nombre
disuelto en tu regazo
austero aliento de mi conformidad
diluida en tu silencio.
Dosel que cauto agrupas en tus dedos
Septiembres anudados del sigilo de tus besos tan floridos
engarzados a la orilla del viento
cual elude un solo aroma
la vituperante estima de un silencio profano
en la huella de tu aliento…
Conformidad que cual un brote de perdida estrella
serafín de escoplo dulce ante el pájaro florido
resume el bien habido cauce de soñadora estrella
alentadora y sofocante como tu perpetuidad acongojada
en el desnudo trance de mi igualitaria y trasandina esbeltez
que soñaba y respiraba y suspiraba tu perfume.
Cual muda gota sembrando de luna los trigales sobrios
de mi mudez abríase el asfalto humedecido
bajo el cielo de luces,
entretejido aroma de silbados astros
y néctar de manantiales ebrios de tu cintura
ebrios de tu voz
ebrios de tu silencio
de tus palabras
de tus actos.
Cual tibia golondrina, asíase en la bruma mi pie veloz
cual aérea sonrisa tras el letargo de tu húmeda simiente
soslayando la bandada etérea de grillos y centellas invisibles
que al nudo de los cantos de un poeta ruin
encontrábase despierto cual pasajero aroma
de una flor que se entreabría
entre tus manos…
…Cual comienza la nevisca a disipar el aliento de las rocas
tomaba yo tu mano
y entre las febriles notas de una asidua noche bella
acentuaba el despertar del alba
entre tus labios dulces,
cual metáfora predilecta de tus años
que hurté de tu mirada sombría
y apenas desnudaba tu deidad
que hablaba por tus ojos de añoranza
aclimatada
de beldad abrumadora.
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