Llevo una perla en mi pecho,
de claro y transparente cristal.
Llevo una perla hecha de fuego,
de hondo silencio, luz y mar.
Se va la vida en un suspiro.
Se van los pasos de tu andar.
Se van amores, sueños y amigos,
lo más querido… ¡Todo se va!
¿Qué quedará, que en ti no muera?
Y en mis manos… ¡ay! ¿qué quedará?
Llevo en mi pecho una perla,
de claro y transparente cristal.
Se va tu risa, se va mi río,
las notas de nuestro cantar.
Se van las penas y ese olvido.
Y el olvidado, también se irá.
¿Qué quedará, que en ti no muera?
Y en mis manos… ¡ay! ¿qué quedará?
Llevo en mi pecho una perla
y no hay otra que luzca más.
Corren las horas a su destino.
Todo tiempo tiene un final.
Detrás las huellas marcan camino
y hasta la senda te llorará.
Se nos van las almas, con su brillo.
Se va una estrella, sin igual.
Se van los versos, se van los hijos…
Pero queda la eternidad.
G.S.A.
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