¿Porqué derramo las noches ciegas de mis ojos
entre las horas de espuma que solas llegan a verter en mis pupilas
lágrimas que ceden al ocaso maravillas de silencio?
¿Porqué hago mi nido en éste ventisquero sucio
y espero al viento
que mueva mi plumaje blando, cediendo a su murmullo
como misterio que la nube de tu rostro
aleja de mis fauces
con nevisca?
¿Porqué confuso espero… y muero entre las luces
sin esperar que otro océano me mueva
y se lleve mis naufragios?
Porqué mis alas no pronuncian la bandera de tus besos
en la diestra del cínico despertar de mis pupilas
candelabro inútil
a mi soledad?
Porqué las llaves de mi alma
no era dicho que las tenía el último crepúsculo
donde caen mis esperanzas carcomidas
entre frutos que se lustran, indescriptibles
bajo las mañanas que no ceden
a abismar mi llanto?
¿Porqué ciego no encuentro las palabras
que abran ésta bóveda indecisa
donde las redes donde se escapan las verdades
arropan el sueño de fantasmas vigorosos
entre huracanes y lluvias y diluvios?
¿Porqué no me alejo de éste claustro de nítidas cercanías
hacia el hartazgo de la noche
y compro todas las estrellas con mis palabras abolidas,
y renuncio a desmentir de las sombras
su fantoche vulnerable
de rotas alimañas y sucios esplendores
entre gemidos de verano
y de sostenida alba?
Sigo parado aquí, mientras la lluvia te clausura la esperanza
y el vendaval de mi llanto
es el único sol que comprende la diferencia
entre el amar, y el huir.
entre las horas de espuma que solas llegan a verter en mis pupilas
lágrimas que ceden al ocaso maravillas de silencio?
¿Porqué hago mi nido en éste ventisquero sucio
y espero al viento
que mueva mi plumaje blando, cediendo a su murmullo
como misterio que la nube de tu rostro
aleja de mis fauces
con nevisca?
¿Porqué confuso espero… y muero entre las luces
sin esperar que otro océano me mueva
y se lleve mis naufragios?
Porqué mis alas no pronuncian la bandera de tus besos
en la diestra del cínico despertar de mis pupilas
candelabro inútil
a mi soledad?
Porqué las llaves de mi alma
no era dicho que las tenía el último crepúsculo
donde caen mis esperanzas carcomidas
entre frutos que se lustran, indescriptibles
bajo las mañanas que no ceden
a abismar mi llanto?
¿Porqué ciego no encuentro las palabras
que abran ésta bóveda indecisa
donde las redes donde se escapan las verdades
arropan el sueño de fantasmas vigorosos
entre huracanes y lluvias y diluvios?
¿Porqué no me alejo de éste claustro de nítidas cercanías
hacia el hartazgo de la noche
y compro todas las estrellas con mis palabras abolidas,
y renuncio a desmentir de las sombras
su fantoche vulnerable
de rotas alimañas y sucios esplendores
entre gemidos de verano
y de sostenida alba?
Sigo parado aquí, mientras la lluvia te clausura la esperanza
y el vendaval de mi llanto
es el único sol que comprende la diferencia
entre el amar, y el huir.
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