Ahí estaba yo, escuchando los conocimientos de aquel hombre, obligada por las circunstancias, una invitación que acepté por mera cortesía, y como dirían en Colombia, “que hartera” tener que oír tanta retórica sobre los trillados temas de la autoestima, el ego, el amor entre dos. No obstante, había un detalle que me intrigaba. Era que en esta oportunidad, pretendían comunicar las ideas con conceptos matemáticos. Tenía la expectativa de que hubiese integrales, derivadas parciales. Números complejos, inecuaciones, teoría de conjuntos., teoría de limites…funciones. Y con qué me consigo. Una incongruente ecuación de primer grado, que desde que la escribieron en el pizarrón me desagradó. El análisis matemático, es un tema apasionante, uno de los puntales en los cuales se sostiene la ingeniería, un vehículo para expresar la física. Y soy una convencida, de que todo en las distintas realidades del universo, es posible expresarlo a través de esta ciencia. Tanto lo creo que me he atrevido a crear mis propias ecuaciones para calcular estructuras de edificios. El regocijo, la plenitud que he sentido, lo ha hecho una experiencia única y exquisita. El caso es que este “man”, se empeña en explicar la sinergia de dos individuos en una relación de pareja, con un simple (d= x +1). Me quedé perpleja, me reí mucho, a carcajadas, claro que sí. Primero me invadió un estupor ante tanta inocencia del exponente y luego la decepción. Esperaba aprender algo nuevo, incrementar mi archivo de conocimientos. También me vi a mi misma demostrando el amor de pareja con una función F(x) o F(y), refiriéndome a la búsqueda de la mujer o del hombre, de su complemento ideal. Imaginé que se pudiera graficar. Me sentí traviesa, con esta idea me divertí al máximo. Tras este discurrir de pensamientos y emociones, apareció el respeto por este ser (reconocí el valor de su ciencia), quien ofrecía gratuitamente sus esfuerzos y conocimientos.
El matemático se sale del tema central y advierte “Te voy a explicar la verdad sobre el sexo, se que no te gustará”. Escuché sus opiniones acerca de la sexualidad, que se me antojaban atávicas, púes según él es aceptable practicarla, única y en exclusiva, para la procreación de hijos, fuera de ese contexto es pecado. Me lanza sus radicales afirmaciones, y manifiesta sorpresa ante mi impasibilidad, como respuesta a lo que él afirma. Me rio otra vez y pienso, será que él cree que caeré en provocaciones así de fácil. Lo que si me irritaba era la fumadera atroz de él, me tenía al borde de salir corriendo, una chimenea se quedaba corta. Trataba de ignorar el humo que enrarecía el ambiente. No obstante mis pulmones protestaron, así que no tuve más remedio que decírselo “Oye chico y es que tu no paras de fumar”. Los dibujitos en la pizarra, fórmulas por aquí, números por allá, divagancias tras otras, bueno como dice él. “la demostración de las teorías” disímiles entre sí, que por cierto, alguien más ya las inventó (En otro momento te cuento los detalles)
El asunto se alargó aún mas, hasta los extraterrestres se asomaron en el discurso. El matemático niega que existan, dizque los números se lo comprueban. Tímidamente hago referencia a la Biblia, en la cual mencionan Ángeles, que en mi entender son seres de otro plano, otra realidad… pero el tipo lo niega enfático. Y la verdad sea dicha, a mi no me gusta discutir, y menos aún, si los hechos no están documentados ni en pro ni en contra. Insisten en que critique, y yo fiel a mis principios, me negué a hacerlo.
El manager del matemático, en un estado de felicidad, propio de quien tiene la certeza de poseer gemas preciosas en sus manos, se acercó y me preguntó- “Pagarías tú por oír sus teorías”. Algo despectiva contesté “Probablemente no, ahora si me lo logran vender, quizás si” Me asombro ante mi respuesta, pienso “Ahora la que divaga soy yo”. Ante este dilema, mi sentido práctico de las cosas se impone y dije “por ahora no es tema de mi interés la matemática de las emociones, del amor, la teoría del mío, la del tuyo, o como se llame. Estoy enfocada en profundizar en el tema del sexo sagrado”.
El matemático me observaba, a través del odioso humo de su cigarrillo, me incomodaba un poco, me surgían preguntas “Será que está explicando mi respuesta a través de un fórmula algebraica” “Quizás sea yo la radical y no él”, “Como que mi respuesta es escatológica, ja,ja,ja”. “No pienso mas, se acabó, ya con dos enajenados es suficiente, tiene que haber alguien cuerdo en este asunto” “Ahora, cuál de los tres será”. “Es que mejor no hubiese venido, no tendría este conflicto” “Tanto que cuido mi paz mental, y se me ocurre venir a oírlo para que darle más lavativas a la mente”
Una pregunta del matemático me saca de mis cavilaciones ¿Qué hora es?, y de inmediato me levanto del asiento, tomo mi cartera y respondo “Hora de irme”.
Última edición por REYNA GALACTICA el Sáb Ago 27, 2011 1:44 pm, editado 2 veces (Razón : DESTACAR LOS DIALOGOS)
Ayer a las 8:02 pm por caminandobajolalluvia
» Desde la ventana
Ayer a las 7:56 pm por caminandobajolalluvia
» Por qué, la guerra?
Miér Mayo 01, 2024 6:07 pm por caminandobajolalluvia
» Tu cuerpo se desviste...
Miér Abr 17, 2024 4:52 pm por caminandobajolalluvia
» Déjame unir mi mano con la tuya...
Miér Abr 17, 2024 4:50 pm por caminandobajolalluvia
» Tu rostro...
Lun Abr 15, 2024 3:55 am por caminandobajolalluvia
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
Mar Abr 09, 2024 9:05 pm por caminandobajolalluvia
» Mi ciudad
Jue Abr 04, 2024 1:08 pm por caminandobajolalluvia
» Mujer -reclamo tus rosas-
Jue Abr 04, 2024 1:02 pm por caminandobajolalluvia