No quiero escribir estas palabras.
No quiero.
No quiero mencionarte como me siento
cuando me cambias,
cuando me olvidas,
cuando me dejas por otro.
Platico con tu eco,
con tu sombra blanca.
Mientras él intenta verter su plano amor en ti.
Observando tu mirada.
Maldito sea su intento,
(miserable veneno).
Maldito sea su tiempo,
maldito su encuentro.
Maldito sea su nombre que te lleva lejos.
Que te olvida de mí, que me deja huérfano,
que me hace quemar mis horas fabricando siglos amargos.
Maldigo a dios si toma tu mano,
maldigo mi voz y rompo tus cantos.
Y en lugar de decirte…
“Milagro del día que florece a mi lado…”
Mi rabia excreta todas estas palabras…
¿Por qué me cambias?
¿No te basta tenerme enamorado?
¿Necesitas un tipo de tan obvias intenciones?
Mi moneda pesa lo mismo
puedo hacerte reír si lo deseas.
Puedo escucharte,
contarte lo que sea
(toda una eternidad).
Puedo tomar tu mano,
besarla despacio y hacerte un poema.
Puedo transformar tus ojos en una melodía.
Pero hoy…
Ya son dos citas que me ignoras.
Dos semanas perdidas.
Quince días de insulto,
quince días de noches humilladas.
¿Cuánto tiempo más he de dejarte?
Él era sólo un mal necesario.
Una vez cada mes
¿recuerdas?
Él “te quiere”
yo te amo.
Él “siente algo por ti”
yo lo exclamo.
Él te llama, te pide una cita.
Yo soborno al Sol
y le apresuro para besar tus labios.
Y limpio mi amor de niño
para una mujer bella de veintidós años.
Princesa, sólo un favor.
Sólo dile quién soy yo,
dile cuanto te extraño.
Dile que me amas
como una semilla que está germinando.
Dile que soy tu trovador personal.
El pintor que despinta tus labios.
El tipo que se convierte en árbol
cada vez que te abraza con su amor de enredadera.
Al que le dices “te quiero”
justo fuera de tu puerta.
Sólo recuerda que en algún lugar de esta cuidad de locos,
hay un loco
que está loco por ti.
Dile que tenemos un hijo de peluche.
El recuerdo de unas galletas caras
en una noche romántica.
Una canción que nos hace recordarnos.
Dile que nuestras manos se aman
y que hay un gusto mutuo por nuestros labios.
Que soy oficialmente tuyo.
Que te amo,
te amo,
te amo.
Dile todo eso ave querida.
O lo haré yo de lo contrario.
Deberé hacerlo si es preciso
a diario.
Por que soy un perro,
un perro bravo
al que solamente muerto
lo pueden dejar callado.
(A la memoria de un viejo amor)
Quetzalcoatl Vallejo. (1999)
Dom Mayo 05, 2024 8:02 pm por caminandobajolalluvia
» Desde la ventana
Dom Mayo 05, 2024 7:56 pm por caminandobajolalluvia
» Por qué, la guerra?
Miér Mayo 01, 2024 6:07 pm por caminandobajolalluvia
» Tu cuerpo se desviste...
Miér Abr 17, 2024 4:52 pm por caminandobajolalluvia
» Déjame unir mi mano con la tuya...
Miér Abr 17, 2024 4:50 pm por caminandobajolalluvia
» Tu rostro...
Lun Abr 15, 2024 3:55 am por caminandobajolalluvia
» Memoria de tu luz, cuerpo bohemio...
Mar Abr 09, 2024 9:05 pm por caminandobajolalluvia
» Mi ciudad
Jue Abr 04, 2024 1:08 pm por caminandobajolalluvia
» Mujer -reclamo tus rosas-
Jue Abr 04, 2024 1:02 pm por caminandobajolalluvia