Mátame (Rezo I).-

wow que forma más original de pedir que te amen.... que exorcizen todas esas tristezas de dentro... un poema que a simple vista se pudiera calificar de oscuro, pero que para mi es un grito profundo de querer ser amado hasta la saciedad...

gracias Reyna Galactica;

ese era el punto a lubricar, el caos y la pasión
un gusto tenerte por acá, se te agradece venir a dejar una bella flor en mi tumba

Combinación explosiva de recursos. Imagenes dramáticas. En medio de este caos, hay una intensa pasión. Gracias por compartir

Fiel cómplice;
de un solo susurro se tejen todos mis deseos
todos esos que tú trazas en tinta.
Fiel cómplice;
¡viólame!
Destrózame la carne sin piedad
envísteme sin misericordia
que me duela
recorre mi cuerpo con tus afiladas uñas
¡córtame!
¡córtame si no obtengo la postura deseada!
¡si no te otorgo la diversión requerida!
Ponme de rodillas,
y oblígame a abrir la boca
sin dejar caer un rocío de saliva
introdúceme tus dos pies,
virgen carne rosa,
introdúcelos hasta dentro,
que aniden dentro de mí
que eyaculen en mí garganta,
¡todo!
los ordeñaré sin piedad hasta ahogarme
¡te lo ruego!
Te imploro me dejes probar toda esa libertad vuelta leche agria,
quiero tragarme el sabor que te deja el volar
pues sé que tú has aderezado más de una vez
tus dulces dedos con nubes doradas al ocaso
y condimentado tus talones con tormentas eléctricas agridulces.
Muérdeme la cara,
arranca todos los gestos que le he dado
a las otras musas muertas
hazlo con arrogancia, y grítame que no hay muerte más pútrida
que la que sale de tus ojos.
Dréname…
bebe toda mi sangre quemada,
mi sangre sucia, y luego escúpela
empápame de toda esa humanidad que quiero me quites.
Penétrame con la pluma más querida,
abusa hasta el exceso de mis ojos
quiero desmayarme de observar el rancio reflejo
de mis letras en un charco de sangre,
y luego ahogarme en el hasta resurgir agonizante de entre tus piernas,
en tus colmillos certeros
déjame escurrir por tu boca
enmarcado en carmesí furia.
Licua mi carne en cada envestida aguda,
que sufra mi cuerpo a escondidas de la vida
pero a sabiendas de la muerte.
Mátame
mátame
mátame; cinco veces antes de gritar verde que te odio al son…
quiero ser el tapete de tu lugar favorito,
quiero estar crucificado arriba de tu cama,
que utilices mi carne como papel,
como pañuelo y atrapar todo resuello de tu vigoroso pecho.
Quiero que me dejes vacío,
para que mi cuerpo sea un buen escondite
para cuando tengas insomnio
déjame ser tu libro preferido,
miénteme al decir que soy un fascinante juguete,
que yo seré sincero al pronunciar
“que si me matas ahora mi espíritu se irá tras de ti…
que se arrastrara día y noche sintiéndose soñador y quijote…
por que ataste mi piel a tus letras y tu boca a mis delirios”
Todas las cosas que odies introdúcelas en mi estómago
que yo haré que se fundan una por una
que mi mano izquierda sea tu más fiel amante,
oblígala a escribirte una historia diferente cada noche
mientras la derecha cubra tu boca,
exilie tus gemidos y calle la locura disfrazada de sonrisa
para que nadie sepa que tienes un cadáver como cómplice,
como juego de mesa.
Que si no me matas ahora;
vomitaré todas estas letras incorregibles
que rezan la complicidad mortífera
que existe entre nosotros.