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por beatriz irene bardeci Mar Mayo 17, 2011 8:14 pmRecostada en el sillón
cierro los ojos…
y entro en ese estado
entre la somnolencia y el sueño.
Descubro a una niña
de pocos años
rubiecita, blanquita, flaca, alta
de ojos color del tiempo.
Alli está chapaleando
en un charco en el barro
debajo de un cielo gris
y una lluvia persistente.
Su carita sólo esboza alegria
alegria de la sana
alegria de la espontánea
alegria inocente.
Su vestidito blanco, almidonado
No tiene color definido;
las manchas de barro taparon
el canesú con puntillas rosadas
que al atuendo había enjoyado.
Ella salta, salta, salta sin cesar
estirando los brazos al cielo
acaparando para sí
esa lluvia torrencial.
Ni siquiera se percata
de que alguien la pueda observar
y llamar a su mamá
ella es feliz allí en medio de ese barrial.
De pronto…la lluvia cesa
de su casa la vienen a buscar
preguntandole porque
no se cubrio de la lluvia
que la podía enfermar.
Ella miró sonriente a su mamá
y le dijo… el agua es bendita
viene del cielo mamá
la manda el diosito lindo
ese al que me haces rezar
el que siempre me cuidará.
Su madre conmovida
se agachó la abrazo muy fuerte
la tomó de la mano, caminaron
llegaron al charco
y ambas se pusieron a saltar
haciendo un aquelarre
que todo el barrio salió a mirar.
BETT
17-05-11
cierro los ojos…
y entro en ese estado
entre la somnolencia y el sueño.
Descubro a una niña
de pocos años
rubiecita, blanquita, flaca, alta
de ojos color del tiempo.
Alli está chapaleando
en un charco en el barro
debajo de un cielo gris
y una lluvia persistente.
Su carita sólo esboza alegria
alegria de la sana
alegria de la espontánea
alegria inocente.
Su vestidito blanco, almidonado
No tiene color definido;
las manchas de barro taparon
el canesú con puntillas rosadas
que al atuendo había enjoyado.
Ella salta, salta, salta sin cesar
estirando los brazos al cielo
acaparando para sí
esa lluvia torrencial.
Ni siquiera se percata
de que alguien la pueda observar
y llamar a su mamá
ella es feliz allí en medio de ese barrial.
De pronto…la lluvia cesa
de su casa la vienen a buscar
preguntandole porque
no se cubrio de la lluvia
que la podía enfermar.
Ella miró sonriente a su mamá
y le dijo… el agua es bendita
viene del cielo mamá
la manda el diosito lindo
ese al que me haces rezar
el que siempre me cuidará.
Su madre conmovida
se agachó la abrazo muy fuerte
la tomó de la mano, caminaron
llegaron al charco
y ambas se pusieron a saltar
haciendo un aquelarre
que todo el barrio salió a mirar.
BETT
17-05-11
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