Soy un sombrero de paja y observo tranquilo y perezoso al camino polvoriento del cafetal.
Los bordes deshilachados es lo único que da muestra de que estoy viejo, pero aún me conservo en condiciones, el tiempo ha sido benévolo conmigo.
Me pregunto ¿si soy sabio por eso?, vaya saber uno si lo soy, uno no es sabio por haber tenido muchas experiencias sino por haber aprendido de ellas y no todos lo hacen, lo que si he aprendido y en eso estoy seguro es que hay cabezas y cabezas, no todas las cabezas son iguales, ¡ah no señor!
Algunas necesitan corazón, son cabezas bien plantadas sobre la tierra pero no viven, solo piensan y calculan ¿si la cosecha va ser buena?, ¿si la peste atacará este año como el año pasado?, ¿si habrá suficiente cabezas para levantar el cafetal esta temporada?, pero esas cabezas mueren sin haber vivido, ¡gracias al creador de los sombreros!, no he sido enterrado con esas cabezas, es una pesadilla que suelo tener seguido cuando las cabezas se vuelven canosas o peladas, los muertos quieren, no todos claro, que los entierren con sus prendas más preciadas y no es que me crea muy querido, es que muchos de estos muertos lo hacen de egoístas nomás, “¡es pa´ que los otros no se queden con algo que no se hallan ganao o comprao!” suelen argumentar, así son nomás son algunas cabezas y así también mueren, “solitos como perro echao”.
Algunas cabezas tienen corazones, es más a veces tienen más corazón que cabeza, tanto corazón tienen algunos que no les miento cuando les digo que escucho sus latidos “acá arribita nomás” parecen una locomotora, pero he sabido que a veces no es bueno tener tanto corazón, porque las cabezas así no piensan, se dejan guiar muy fácilmente por este órgano, tanto se dejan guiar que no ven, ni oyen, es más creo que solo usan la cabeza para llevarme a mí, pero esas cabezas terminan mal, ¡ufff si lo sabré!, he sabido caer bruscamente al suelo después que estas cabezas se retorcieron en alguna soga, “por amor” he escuchado, “¡si señor a sido por amor no correspondido!”, ahora no entiendo mucho eso, se supone que el amor es libre, que no es de nadie, ¿porqué entonces tiene que ser correspondido? el amor va y viene como yo, que voy y vuelvo por este camino, con eso no quiero decir que me quiero comparar con el amor, es solo una forma de decir, el amor no es de nadie en particular, es de todos, por eso las cabezas dominadas por el corazón para no terminar en una soga no debe tomar como propio al amor.
Hay otras cabezas que tiene ambas cosas, corazón y cabeza, esas son las buenas, son escasas por supuesto, muy escasas, pero las hay, no he tenido la suerte de estar sobre algunas de ellas, pero las he escuchado hablar muy cerca de mí y pensé muchas veces que formidable sería estar sobre ellas, lo que aprendería, los lugares que hubiera conocido, porque estos tipos de cabezas suelen ser viajeras, también son muy eruditas de lo que hablan, eso es muy bueno para un sombrero aunque sea uno de mi clase, sombrero de paja, cuando uno puede estar sobre alguna de ellas nos da la impresión de ser distinguidos y hasta originales.
Como ven no es lo que lleva uno lo que lo hace especial o de una gran personalidad, sino lo que es en si cada cabeza, yo podría ser un gran sombrero de paja aunque este con los bordes deshilachados, todo depende quién me lleve.
Mientras siga en este camino polvoriento con perfume a café, todo está bien para mí, como les dije antes peor sería estar enterrado con un muerto, ¡si señor!
Los bordes deshilachados es lo único que da muestra de que estoy viejo, pero aún me conservo en condiciones, el tiempo ha sido benévolo conmigo.
Me pregunto ¿si soy sabio por eso?, vaya saber uno si lo soy, uno no es sabio por haber tenido muchas experiencias sino por haber aprendido de ellas y no todos lo hacen, lo que si he aprendido y en eso estoy seguro es que hay cabezas y cabezas, no todas las cabezas son iguales, ¡ah no señor!
Algunas necesitan corazón, son cabezas bien plantadas sobre la tierra pero no viven, solo piensan y calculan ¿si la cosecha va ser buena?, ¿si la peste atacará este año como el año pasado?, ¿si habrá suficiente cabezas para levantar el cafetal esta temporada?, pero esas cabezas mueren sin haber vivido, ¡gracias al creador de los sombreros!, no he sido enterrado con esas cabezas, es una pesadilla que suelo tener seguido cuando las cabezas se vuelven canosas o peladas, los muertos quieren, no todos claro, que los entierren con sus prendas más preciadas y no es que me crea muy querido, es que muchos de estos muertos lo hacen de egoístas nomás, “¡es pa´ que los otros no se queden con algo que no se hallan ganao o comprao!” suelen argumentar, así son nomás son algunas cabezas y así también mueren, “solitos como perro echao”.
Algunas cabezas tienen corazones, es más a veces tienen más corazón que cabeza, tanto corazón tienen algunos que no les miento cuando les digo que escucho sus latidos “acá arribita nomás” parecen una locomotora, pero he sabido que a veces no es bueno tener tanto corazón, porque las cabezas así no piensan, se dejan guiar muy fácilmente por este órgano, tanto se dejan guiar que no ven, ni oyen, es más creo que solo usan la cabeza para llevarme a mí, pero esas cabezas terminan mal, ¡ufff si lo sabré!, he sabido caer bruscamente al suelo después que estas cabezas se retorcieron en alguna soga, “por amor” he escuchado, “¡si señor a sido por amor no correspondido!”, ahora no entiendo mucho eso, se supone que el amor es libre, que no es de nadie, ¿porqué entonces tiene que ser correspondido? el amor va y viene como yo, que voy y vuelvo por este camino, con eso no quiero decir que me quiero comparar con el amor, es solo una forma de decir, el amor no es de nadie en particular, es de todos, por eso las cabezas dominadas por el corazón para no terminar en una soga no debe tomar como propio al amor.
Hay otras cabezas que tiene ambas cosas, corazón y cabeza, esas son las buenas, son escasas por supuesto, muy escasas, pero las hay, no he tenido la suerte de estar sobre algunas de ellas, pero las he escuchado hablar muy cerca de mí y pensé muchas veces que formidable sería estar sobre ellas, lo que aprendería, los lugares que hubiera conocido, porque estos tipos de cabezas suelen ser viajeras, también son muy eruditas de lo que hablan, eso es muy bueno para un sombrero aunque sea uno de mi clase, sombrero de paja, cuando uno puede estar sobre alguna de ellas nos da la impresión de ser distinguidos y hasta originales.
Como ven no es lo que lleva uno lo que lo hace especial o de una gran personalidad, sino lo que es en si cada cabeza, yo podría ser un gran sombrero de paja aunque este con los bordes deshilachados, todo depende quién me lleve.
Mientras siga en este camino polvoriento con perfume a café, todo está bien para mí, como les dije antes peor sería estar enterrado con un muerto, ¡si señor!
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