Sonoroso bajel, vaga epifanía
el distante murmullo de la calma no se ahonda
en éste mar sin celo cual maga luna fría
éste despertar de miel, de soles que se inunda...
Vajel de cauce etéreo cual púrpura cual llama
la noche del desierto efímera cual grana
el sueño del verano que dulce no derrama
la sílaba que sueña la voz que la engalana...
Naciente mar disperso cual águila temprana
juventud de la albacea cual jovial celada
de su beatitud escribe la rayada sábana
que anega en otro verso la cincelada helada...
Cual beso que dispersa todas mis atenciones
en un rincón del verso, enamorada y cauta
la solicitud del ala que se sustenta y ata
a todo el abanico de todas las canciones...
Cual esmeralda tenue, aljofarada y nívea
el soplido de la nieve en el óleo del verano,
atesora tu distante porfía el fuego de tu tea
aligerado manantial del perfume de tu mano...
Canción que no murmura hasta que llueve en vano
matinal extravío de tus ojos dulces
cual ave que no sueña beatos enlaces
a su arribo en la rama el nido cano.
Y entre murmullos y segundos que se afianzan
navegar es el caramelo de los cielos
donde tus brazos alan los pañuelos
hacia latitudes que tus piernas lanzan...
Y esgrimas de las nubes son del viento
la tersa hora que resbala de tu aliento
la belleza que separa la maleza:
asir de tu cabello la belleza...
De tus labios del decoro no hay cuidado,
aliento a púrpura carmín de enamorado...
el distante murmullo de la calma no se ahonda
en éste mar sin celo cual maga luna fría
éste despertar de miel, de soles que se inunda...
Vajel de cauce etéreo cual púrpura cual llama
la noche del desierto efímera cual grana
el sueño del verano que dulce no derrama
la sílaba que sueña la voz que la engalana...
Naciente mar disperso cual águila temprana
juventud de la albacea cual jovial celada
de su beatitud escribe la rayada sábana
que anega en otro verso la cincelada helada...
Cual beso que dispersa todas mis atenciones
en un rincón del verso, enamorada y cauta
la solicitud del ala que se sustenta y ata
a todo el abanico de todas las canciones...
Cual esmeralda tenue, aljofarada y nívea
el soplido de la nieve en el óleo del verano,
atesora tu distante porfía el fuego de tu tea
aligerado manantial del perfume de tu mano...
Canción que no murmura hasta que llueve en vano
matinal extravío de tus ojos dulces
cual ave que no sueña beatos enlaces
a su arribo en la rama el nido cano.
Y entre murmullos y segundos que se afianzan
navegar es el caramelo de los cielos
donde tus brazos alan los pañuelos
hacia latitudes que tus piernas lanzan...
Y esgrimas de las nubes son del viento
la tersa hora que resbala de tu aliento
la belleza que separa la maleza:
asir de tu cabello la belleza...
De tus labios del decoro no hay cuidado,
aliento a púrpura carmín de enamorado...
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