Entre piedras y luces se situó nuestro amor
por donde respiran los ojos del color de tus sueños,
es verdad, que una vez buscamos el lenguaje tierno
de este amor, en la cadera del Mar.
Me gusta colar café en las voces de tus labios
lánguidos y sudorosos, ronco de mi
al igual al eco descansado en la pared de la entrega
Siguiendo aquellos días sin noche en el corazón
de la tierra y en la alborada que se traga nuestro desnudos cuerpos
tendido en el horizonte de esta peregrina imaginación
Me trague tu nombre, devoré el código que nos separa del deseo
perdón, pensaba en el edén, y en el infierno de tu olvido, eres fruta
polvo y aroma, eres la geografía del alba, sabes desde tu infantil boca, nacen
siluetas, y pétalos de esperanza.
Me siento lleno de tu arena, abrasado por el humo de primaveras emigrantes de
nuestro cuerpo, sembrado en esa habitación de heno
Ahí es donde el acero y las mieles retoñan, purificando sabores
cosechando agua marina de tu rostro, me refiero a una pincelada, mujer que aun en la distancia me besa, me acaricia entre ramales y bejucos de sus labios lluviosos de ella…
Lic. Ramón Danilo Correa
Periodista
28 de primavera, 2011
Este poema, esta protegido de manera integra, por la oficina de autor de la República Dominicana
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