A MI MORENA AMERICANA

Te corres así, de mis venas,
Musa morena;
Dejándome el papel de estudiante
En una tarde veraniega;
Mientras tus manos llaman a un taxi.
Lanzas una carcajada,
El taxi se para.
Tus piernas casquivanas me llaman deseosas,
Mientras charlas con el taxista
Que no entiende tu idioma.

Eres americana,
Mixtura de café y mariguana;
Guardas entre tus muslos tostados,
Tesoros anhelados.

A veces poemas en vanille fragance
A veces relatos de guerreros cheyenne
Nunca un Poe siniestro. ¿Un Bukowski?
Solo cuando estábamos ebrios.

El taxista te mira con mis ojos de aquel día,
Cuando me acomodaba en el asfalto
Contemplando a dos monjas que hacia mi venían.
De la nada, apareciste. Una grieta más en mi alma.
Me hospedaste en tu hotel; en tu cuerpo,
Leí de tus manos; de tus libros, comí.
Deje de ser estudiante; estudiado por ti, fui.

Una tarde llamaste a Wisconsin
Nevaba allá,
Nevaba en el teléfono,
Nevaba en mis pantalones.

Ya el taxi se ha ido,
Tu cuerpo moreno y esas faldas se han ido;
Se ha quedado el humo que irrita mis ojos,
Me queda, olvidar tu fragancia.

Otra vez a fingir de estudiante;
Otra vez a esperar a ese par de monjas…

Hans,
muy bello poema,
hay despertares inolvidables.

fuerza poeta..mucha fuerza

claudia zarate escribió:Hans,
muy bello poema,
hay despertares inolvidables.

gracias... simplemente gracias

EG escribió:fuerza poeta..mucha fuerza

EG cuando hacemos un dueto. mira q me estoy recuperando...