El condenado y la muerte

El condenado y la muerte

Un hombre está sentado ante la muerte,
la muerte está sentada ante un poema,
poema que fue escrito sin más suerte
por ese que en la silla ya se quema.

Los versos son leídos alto y fuerte,
las horas van y vienen sin problema,
se juntan a escuchar, pues les divierte,
eternos transeúntes sin más tema.

Del libro ya el final el hombre advierte,
escrito fue al amor y su diadema,
guardado sin lector quedóse inerte.

La muerte se incorpora y su anatema
retira del autor, empero advierte:
vivir para escribir será tu lema.

21 04 10

FANTASTICO! AQUI ESCRIBIR ES ASUNTO DE VIDA O MUERTE! CONFRONTACION RADICAL OSCAR. FELICITACIONES

Estimado Oscar, eres increíble escribiendo, debo confesarte que eres de mis favoritos y este en especial es excepcional!!

felicidades!!!

Me gustó mucho el juego de imágenes que llegaron a mi cabeza de la lectura de tu escrito. Parece que el poema encasilla como perfecto dentro de todo su fúnebre contexto. La muerte, el poeta y su anatema. Anatema es una palabra bastante hermosa, profunda, además. Y ésos golpes rudos de la muerte... Al menos una sentencia sirve como suspiro, aún se lleve como bandera la condena.
Bello poema, Óscar.
Saludos cordiales,
Siniestra.