Sobre tu aliento...

Sobre tu aliento…



Floreada de frescura, tú en las llamas,
que las hondas praderas suave tiene
de frescor en frescura nacarada,
por el mal de tu Luz que boca aviene…
Rocín entre tus tardes continúa,
y puebla los augurios en zorzales:
tu boca pide fuego en los maizales,
de tenaces y absortas aves presas…

Tu boca entre las llamas de tus soles,
privada la planicie que desborda
son ósculos y llamas bienvenidas,
tejidos inmortales desvestidos…
Suenan sordas campanas al oído
tu Música retiñe en voz fragante,
y sólo sueña amor, sólo un instante:
perfume de tu gloria malherida…

Tus manos sobre mí, tuyo el intento
que ocupa el sin sabor que no proclama,
tu voz es trunco ardor que sueña el viento
tu boca es más gentil si no me ama…
Plegaria de tu Sol en tus cabellos,
cual Oro resplandece en los maizales
y noches de sudor vuelven espina,
la gloria de tu voz de arcadia harina…

Es noche que separa de tu manto
las rosas que tu cuerpo no avasalla;
y es Música, celebro del invento
canción dorada vuela en tu muralla…
Tus artes son el Sol, pondera el viento,
la noche gime errante por si muda,
estoica la razón que vuela y siento,
la vana frustración de aquél que amas…

La plata de la Luna es sobre nieve,
romántica la flor que más se atreve
a pronunciar tu boca en la voz leve,
de mi Doncella brisa en voz de nieve…
Eleva ya tu cuerpo no si flores,
demora mi blandura, nave oprime
las crestas de aquel vino que recibe,
en bocas, hielos, sauces mar inhibe…

De nieve no refulge si la rósea,
tupida amante sueña y hermosea…


Alejandro Rodrigo Flagel